*2 Años después*
Mary se despertó gracias a la alarma de su celular. Se levantó, tomó una ducha, desayunó y salió rumbo a su nuevo trabajo.
Eran las 08:30, los niños estaban en la escuela; Ethan estaba trabajando, y Megan acababa de llegar a la casa en la que vivía desde hacía 2 años, luego de la muerte de su cuñada. Con un café en la mano, Megan estudiaba para el examen de Matemática que tendría en la noche en la universidad, hasta que escuchó el timbre. "La niñera", supuso ella. Su madre había contratado a una niñera "De confianza" (su madre era muy minuciosa en la selección del personal) para que cuidara a los niños mientras Megan terminaba su último año de Universidad. Se levantó, dejando el café y sus resúmenes sobre la mesa, y fue a abrirle a su nueva compañera. En efecto, una chica de unos 27 años, con melena rubia y unos lindos ojos verdes, se encontraba frente a ella, vestida sencillamente con una camisa a cuadros de manga media y unos jeans. Era una chica joven. Megan esperaba una señora gruñona y amargada, según lo que los niños habían imaginado de una niñera enviada por su abuela.
Mary también contempló a Megan, por unos segundos: Era joven, más joven que ella, de unos 25 años; cabello oscuro, ojos castaños y vestía una musculosa blanca estampada con el diseño de una banda de rock, y unos shorts de jean.
-Hola. ¿Tú debes ser Mary Carter, Cierto?
-Así es.
- Soy Megan Crawford. Pasa, ponte cómoda. Los niños están en la escuela y mi hermano está trabajando. Tenemos toda la casa libre.
-Gracias. -dijo acomodando tímidamente sus cosas en una silla.
-Ven, te mostraré la casa y te diré lo que tendrás que hacer.
-De acuerdo -asintió con elegancia. Quería demostrar que era la indicada para cuidar a los niños.
La casa era grande constituida por dos pisos, varias habitaciones (una por persona y por lo menos dos más para los huéspedes), en las cuales habían dos camas, excepto la de Ethan y las de huéspedes, que tenían una cama matrimonial. También había dos baños y una cocina tan hermosa, que Mary estaba segura de que si Max la estuviese viendo, estaría encantado.
Luego de dos horas, Mary estaba lista para comenzar a trabajar.
Ella y Megan se habían terminado de conocer y, podría de decirse, que entre ellas empezaba una hermosa amistad.
-Escucha, yo iré por los niños, ¿Puedes quedarte a cocinar?
-Claro.
-Bien, ya te he dejado todo preparado. Te veo luego, Mary.
-Adiós. -contestó ella.
***
Aún después de dos años, no podía olvidarla. Podía pasar una eternidad, y él nunca la olvidaría. Sus ojos, que ya no vio nunca más; esos labios, que nunca más besó; esa sonrisa, que ya no era la razón de la suya; y el sonido de la risa, que nunca más le contagió felicidad. Era imposible ser feliz sin esa mujer. El trabajo era lo único que lo mantenía ocupado: trabajaba horas extra, volvía a su casa tarde, nunca veía a sus hijos. No lograría verlos sin largarse a llorar admirando el dulce rostro de Sophie, que se parecía cada vez más al de su madre; ni a Alex, cuyo rostro le recordaban cada vez más a sí mismo. No. No podría verlos juntos, porque se verían como una réplica de él y su...y Emily.
Ethan sacudió la cabeza, intentando olvidarse al menos unos minutos como para seguir con su trabajo.
***
-¿Mary? Ya llegamos -anunció Megan cerrando la puerta.
-Estoy aquí -gritó la aludida desde la cocina. -. La comida está servida.
-De acuerdo. Niños, vayan rápido a cambiarse -les indicó su tía.
-¿Es una chica linda? -preguntó la pequeña.
-Si, Mary es muy amable. La amarán.
-Lo dudo. -repuso Alex notablemente ofendido. No quería quedarse con nadie que no fuera su tía.
-No seas así, Alex. Ella sólo viene a ayudarme. Les aseguro que es una buena chica. Ahora suban o la comida se enfriará. -ordenó.
-¿Crees que les agrade? -preguntó Mary, notablemente nerviosa.
-Claro que lo harás. Sophie te amará, y Alex... necesitará tiempo, pero verás que es muy bueno cuando toma confianza.
-Haré lo que pueda para caerles lo mejor posible.
-Lo conseguirás, ya verás.
-Eso espero. -suspiró Mary.
-Niños. Ella es Mary Carter. Será su niñera en lo que yo termino la uni, ¿De acuerdo?
-Sii -contestaron los hermanos al unísono, una con verdadera felicidad, y el otro a regañadientes.
-Pueden decirme Mary.
-De acuerdo -la pequeña alzó los hombros -. Soy Sophie.
-Y yo Alex -dijo el otro, luego de un codazo de Megan.
-Bueno. Sophie, Alex, este es su almuerzo -Mary señaló a la mesa, en la cual estaban perfectamente puestos los platos y cubiertos sobre las servilletas. En el centro de la mesa, podía apreciarse un pollo al horno rodeado de papas cocidas de igual forma. Si, para ser su primer plato en aquella casa, era una comida realmente deliciosa. Mary agradeció a su hermano por haberle enseñado aquella receta.
-¡Pollo! -exclamaron los hermanos a la vez que corrían a sentarse a la mesa.
-Me tomé la libertad de hacer un flan para la cena -susurró la niñera a Megan.
-¡Flan! -festejaron los pequeños, aún con comida en la boca.
-Sophie, Alex, sus modales en la mesa.
-Lo siento -ambos se concentraron en sus platos respectivamente.
-Eres una genio. Aquí todos amamos el flan -Mary sonrió alzando los hombros de una forma tímida.
-Gracias.
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Sálvame del Dolor
Roman d'amourCuando el amor surge a partir del dolor... ¿Se puede amar estando herido? ¿Puede el amor borrar el dolor del pasado?