Capítulo 18: Bromas, Dolor y más Abrazos

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—Así que... ¿Tú y mi hermano? —aventuró Mary, fuera de la habitación de Sophie, a quien le acababa de contar un cuento.

—Yo no pierdo el tiempo como tú.

—¡Oye!

—Es la verdad. Lo siento, amiga, pero eres muy lenta con mi hermano.

—O tú muy rápida con el mío.

—No pasó nada, aún. No nos dieron tiempo de...

—Ya, no quiero saberlo.

—Si no hubieran llegado los niños... — Megan siguió con la broma, sólo por molestar a Mary.

—Megan, basta —dijo Mary riendo—. Tengo que irme, Max está abajo.

—De acuerdo. Te veo mañana.

—Hasta mañana —se abrazaron y Megan se fue a su habitación.

***

—Max... —comenzó su reprimenda Mary a la mañana siguiente.

—Lo sé, lo sé. Lo siento. Pero es que esa chica es...increíble.

—Si, bueno, pero no es tu tipo, Max —dijo su hermana, sirviendo el desayuno.

—¿Cómo sería mi tipo? —preguntó él.

—Ya lo sabes. Sin compromisos. Nunca te atas a una chica, y me preocupa que tampoco lo hagas con Megan.

—Ella es diferente.

—Precisamente por eso. Ella quiere a alguien que se lo tome en serio. ¿Podrías hacerlo?

—Por supuesto que sí.

Mary lo miró durante un rato y se encogió de hombros.

—Es tu vida. Y sabes que quiero que seas feliz. Sólo te pido que no la lastimes, es mi amiga, no quiero verla mal.

—Tranquila, hermana. Ni siquiera sabe que me gusta. Iremos despacio.

Mary asintió.

—De acuerdo.

—¿Y qué hay entre Ethan y tú? —preguntó sonriendo de costado.

—Ay, ¿Tú también, Max? No hay nada. Él sólo es mi amigo.

—Claro, por eso pasaste la noche con él.

Mary apoyó la frente en la mesa, y gruñó.

—Ya te dije que me quedé dormida.

—Claro, claro.

—¿Sabes qué? Me voy —dijo ella tomando su bolso y sus llaves —. Y tú lavarás los platos.

—Sólo estaba bromeando, Mary...—dijo él, rascándose la nuca.

—Lavarás los platos de todas formas —decidió ella, con el triunfo en su rostro.

***

—Buenos días —sonrió Mary.

—Hola, Mary —Ethan la recibió con un abrazo inesperado para Mary, pero que correspondió dulcemente —. ¿Cómo estás? Te ves mejor.

—Lo estoy.

—Que bueno, porque iremos a un lugar luego dejar a los niños en la escuela.

—¿A dónde?

—Ya verás.

***

—¿Qué es este lugar? ¿Un hospital?

Sálvame del DolorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora