-Ethan, ya has trabajado suficiente. Vuelve a casa. Tu familia te está esperando.
-Sólo una hora más, Peter. Estoy seguro que ellos lo entenderán.
-Ethan -insistió su mejor amigo -, hablo en serio. Ve con ellos.
-No puedo. Ellos... me la recuerdan, Peter. Los ojos de Sophie, Alex...
- Lo sé, amigo. Pero a ellos les duele tanto como a ti, o más. Los has dejado solos. O eso es lo que sienten.
-No están solos. Megan cuida de ellos.
-Megan debe estar muy ocupada con la universidad. Además, no es su obligación cuidarlos, sino tuya.
-Mi madre ha contratado a una niñera. Ella se encargará de cuidarlos
-¿No irás con ellos? Ethan, te necesitan. Nadie podrá ocupar el lugar de Emily, pero debes demostrarles que todavía tienen a su padre.
-De acuerdo. Iré.
-Bien dicho, amigo.
-Te veo mañana.
-Claro, adiós.
Eran las Diez de la noche. Los niños estaban es sus respectivas camas y Mary se había quedado un rato más de su debido horario para leerle un cuento a Sophie. Eligió La Sirenita, ya que esa historia siempre le había gustado mucho. Una vez que la pequeña Sophie se había dormido, bajó las escaleras para irse.
-¿Ya están dormidos? -preguntó Megan.
-Sí, le leí un cuento a Sophie para que durmiera.
-Eres un amor. Ella y tú serán buenas amigas.
-Si -dijo sonriendo -. Sophie es un ángel.
- Realmente lo es -suspiró -. Se parece tanto... a su madre -Mary no contestó. Ella sabía por lo que los niños habían pasado. Por eso, había decidido ir despacio con ellos.
-Yo... Ya me voy. Nos vemos mañana -sonrió Mary.
-Si. Hasta mañana.
Se dieron un abrazo, pero antes de llegar a la puerta, Ethan ya había entrado por la misma.
-Ethan. Volviste temprano.
-Sí, Peter me impidió hacer horas extra hoy -dejó sus cosas sobre el sillón y miró a Mary con curiosidad.
-Oh, ella es Mary Carter -los presentó Megan.
-Ah, la niñera -dijo él restándole importancia, lo que provocó que Mary apretara los labios.
-Mary, él es Ethan, mi hermano -dijo ignorando a su hermano.
-Mucho gusto -dijo ella reservada, provocando que Ethan frunciera el ceño -. Ya tengo que volver a casa. Adiós.
-Adiós.
-Te veo mañana, Mary -sonrió Megan.
-Claro -dijo y salió de la casa.
Megan le dirigió a su hermano una mirada de reprimenda.
-No debiste ser tan grosero con ella, Ethan. Sólo quiere ayudarnos.
- Lo sé. Buenas noches -dijo yendo a su habitación, sin ninguna intención de cenar antes de dormir.
***
Quince minutos después, Mary ya estaba en la puerta departamento Colocó las llaves en su lugar, y dejó sus pertenencias en una mesita pequeña. Su departamento no era nada lujoso, como la casa de los Crawford, pero tenía todo lo básico: Cocina; Baño; y una habitación.
-¿Max?
-Estoy aquí -exclamó su hermano. Mary caminó hacia la cocina y encontró a su joven hermano. Un chico de 22 años, cabello rubio, ojos claros -verdes, como los de ella - y una linda sonrisa, parecida a la suya
-¿Cómo te fue en tu primer día, hermanita?
- Los niños son un encanto, y su tía igual.
-Pero... -dijo él, intuyendo que su hermana no le contaba todo.
-Su padre...- resopló Mary negando con la cabeza.
-Oye, tranquila. Tal vez fue una mala primera impresión. Es normal, yo pasé por eso también, ¿recuerdas?
-¿Y a ti cómo te fue? -preguntó ella, cambiando de tema.
-Perfectamente, ¿Acaso no soy el mejor en mi trabajo? Algún día seré un chef profesional.
-Y dime, "Chef profesional", ¿Has hecho la cena?
-Obvio que sí. ¿Alguna vez no lo hice?
-Bueno, el viernes pasado tu... -fue interrumpida por su hermano.
-Vamos, ya está lista la comida. Apúrate que no quiero recalentarlo -la apuró, evadiendo la conversación.
-De acuerdo -accedió ella riendo.
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Sálvame del Dolor
RomanceCuando el amor surge a partir del dolor... ¿Se puede amar estando herido? ¿Puede el amor borrar el dolor del pasado?