32. Vigilia

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Eones antes de que las criaturas arcanas y los humanos poblaran Arga, una batalla se llevó a cabo más allá de los límites del firmamento

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Eones antes de que las criaturas arcanas y los humanos poblaran Arga, una batalla se llevó a cabo más allá de los límites del firmamento. Criaturas de una naturaleza que escapa a nuestro entendimiento lucharon por poder y control.

Como en toda guerra, hubo vencedores y vencidos. Uno de estos últimos fue aquel cuyo poder había logrado superar con creces el de sus semejantes, sin embargo fue su propia arrogancia lo que le impidió notar el complot que se gestaba a su alrededor. Traicionado por sus aliados y superado por sus enemigos terminó encerrado en las profundidades de un joven mundo todavía en formación. Incapaz de morir, permaneció en un letargo impuesto hasta que fue despertado por las almas incautas que poblaron aquel orbe que una vez fuera un yermo esteril y que luego rebosara de vida.

Sus captores impregnaron las tierras que servían de celda con conocimiento y magia. Conocimiento que luego fuera la base de lo que pasó de generación en generación como los mitos de Axtal y magia que fuera fuente de poder de dragones y hadas y cuyo uso corrompido dio como resultado el gran cataclismo que iniciaría el despertar de la cosa del monte.

***

Horton Fuegosanto se retiró de la ceremonia antes de que terminase. Debía pensar en su próximo movimiento. Tenía que advertirle al apóstol la verdadera naturaleza del nuevo acólito.

«¿Qué está haciendo aquí?», se cuestionaba mientras daba vueltas nervioso en el interior de su habitación. «Ha cambiado ligeramente su apariencia, pero estoy seguro de que es él... no me estoy volviendo loco. Lo reconocería en cualquier parte». La mano le temblaba mientras se tocaba las cicatrices de la cara. Esa noche el matadragones no pegó ojo.

***

—Realmente te gusta Ladyola. —Lyra conversaba con Leonte en el interior de la tienda que ahora compartían.

—Ya lo superé.

—No te creo. Te vi como la miraste cuando llegamos. No entiendo por qué tienes que mentir. ¿Que tiene de malo admitir que una persona te gusta? Noté como todos se sorprendieron cuando le dije a Crystala lo atractiva que me parecía. En mi tierra la gente suele ser transparente en ese aspecto. Creo que eso es algo positivo.

—Sí, bueno, aquí no es tan así. Aquí hay ocasiones en que no se expresan los sentimientos, por...

—Miedo. —Lyra se apresuró a completar la idea del regente. —Yo creo que hay mucho miedo a una posible negativa o a lo que pudieran pensar los demás. Hay mucha hipocresía también.

—Tal vez tengas razón.

—Yo digo lo que siento. No le veo nada de malo, ya si la otra persona no me corresponde, no hay problema, pero no me voy a cohibir de expresarme. En el mejor de los casos también le gusto y no nos perdemos de una buena cogida.

—Como conmigo...

—Como contigo. —Tras decir esto la hija del provecto de Puerto Payán besó a Leonte en los labios.

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