Sara
-Explícate Leonardo, no tengo tiempo.
-Ya, ya sé que os están esperando dos hombretones para almorzar - dice bajando las manos y metiéndolas en los bolsillos - solo quiero decirte una cosa y me voy.
Tiene una postura prepotente, característico en él, es atractivo, no lo puedo negar, tiene un cuerpo trabajado y es guapo, eso es lo que mas me hace pensar que traerá entre manos, porque la ultima vez ideo una forma de que saliera con el escuadrón sin mucho percance. Diabla, lo mira desde mi lado con la mano en alza con la mano lista para disparar y acabar con esa cara bonita de veinteañero. Joder.
-¿Por qué no le disparamos ya? - Rayxa se empieza a desesperar, esta fuera de su control la situación - me aburre.
-Habla, tienes un minuto - le digo bajando el arma, con la de Rayxa tenemos bastante.
Suelta un suspiro y niega con la cabeza, para soltar una pequeña risa y mirarme a los ojos directamente, sabe que estoy en deuda con él y que le dejaré vivir. Gracias a él, pude pedir ayuda para que vinieran a rescatarme de las manos de Dorotea. Gracias a él, sigo viva luchando contra todo lo que detesto.
-Quiero acabar con Valentino - expresa tranquilo - tengo un plan, pero necesito de tu ayuda, vuestra ayuda, porque no la dejaréis sola ¿verdad?
Espera la respuesta que es obvia, ya que no hacen nada sin mí, menos desde que volví del infierno.
-Obviamente no, ya la dejamos una vez, y mira lo que le hicisteis.
-Te recuerdo Diabla, que yo no fui - hace un amago de indignación - en todo caso, ayude en su rescate, no me compares con mi padre, porque no soy igual que él.
-Explica el plan, y te diré si participó o no.
-Oh, mi dama, no es así la cosa - saca un papel que me enseña para que lo coja - ahí tienes mi número de teléfono, llámame cuando vuelvas a España y hablaremos. Mientras tanto, os dejo disfrutar de todo esto.
-¿Que ganas con esto Leonardo? - Diabla siempre tan perspicaz.
-Eliminar a mi padre y obtener el poder, para hacerlo mejor - se gira y empieza andar - adiós chicas.
Nos deja a las dos ahí mirando su espalda en el pasillo hasta que gira la esquina que da a los servicios, no escuchamos más pasos en los que miramos calladas el pasillo. Diabla, baja el arma y la guarda en su espalda ajustándola en el arnés, se arregla la chaqueta y se gira cruzandose de brazos. Está esperando que diga algo, lo se por como me mira, lo se por su postura de segunda al mando y por su cara de "no quiero jugar con Leonardo en el parque". Tiene razón, puede ser una trampa pero...
-¿Cuando lo llamarás? - es la que mejor me conoce - porque lo llamarás cuando lleguemos y eso es algo que debemos estar presente todas, que no se te olvide que somos el escuadrón de la muerte, las cuatro, ni una mas ni una menos - suspira y baja sus manos para dejar una en mi hombro - no te traje del infierno, para volver ahí, te lo prometo hermana.
-Lo llamaré cuando estemos en España el lunes, o mejor el martes en las oficinas - le digo guardando el papel y la glock en el bolso - necesito idear un plan antes de dar cualquier paso hacía él, al igual que eliminar cualquier sospecha de mí.
-Tenemos que estar las cuatro, Pecadora - me aprieta el hombro.
Le quito la mano de un tortazo, me esta haciendo daño en el tendón y no quiero más moretones. Me mira extrañada.
-Quedaré con él, estaréis al tanto en un lugar seguro para escuchar todo - le digo arreglándome el vestido - no quiero complicaciones, necesito...
-No me jodas - me corta - eso dijiste la otra vez que te infiltraste sola, y mira como acabaste Pecadora ¡JODER! esto no es lo mismo de siempre, somos el puto Escuadrón, o todas o ninguna.

ESTÁS LEYENDO
Tu piel
RomantizmNada es lo que parece cuando se trata de engañar y matar a sus enemigos. ¿Quién es Sara Vendez?