Capítulo 18

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Saliendo de la morgue la realidad golpeó a Felix de manera tan dolorosa que no pudo esquivarla, Jisung había muerto, la factura del hospital se sentía como un recordatorio en su bolsillo y el funeral de su amigo aún así estaba pendiente.

La muerte para Felix significaba muchas cosas, desolación, ansiedad, ira, resentimiento y sobre todo, la profunda sensación de huir, quería gritar, correr tan lejos como pudiera y nunca regresar, eso fue lo que sintió a sus diecinueve años cuando comenzó sus viajes, esos que le dieron una escapada de la realidad aunque sea por unos momentos, ahora que Jisung no estaba volvía a sentir esa sensación de asfixia y su única idea era irse y no volver jamás.

¿Irme a donde?

Se preguntó entonces, no tenía a nadie y nadie lo tenía a él, noto ahora que la realidad de estar en la ciudad tocaba su puerta, había estado por tanto tiempo en aquel bosque de cuentos de hadas, algo irreal que no podía permitirse, algo que no estaba a su alcance, o al menos es lo que él pensaba.

Abrió la puerta de su casa y todos aquellos momentos que pasó ahí con Jisung lo golpearon como una ráfaga de viento qué le cortó la respiración, todas las veces que ambos reían en la cocina al preparar el desayuno o esas otras veces donde Jisung se permitió ser más reflexivo, como esa vez que le confesó a Felix todo aquello que le causaba dolor y esperanza al mismo tiempo.

— Eres lo único que tengo, Lix, me salvaste ese día que pensé que moriría como un vagabundo, eres la familia que nunca tuve y me siento un enfermo por no verte de esa manera —

Las lagrimas de Jisung confundieron a Felix, no sabia a que se refería su pequeño revoltoso, él siempre sería su familia sin importar qué.

— ¿De que hablas, Ji? Yo siempre seré tu familia, bobo—

Revolvió sus cabellos con una sonrisa en el rostro, pero Jisung negó tomando esa misma mano entre las suyas.

— Ese es el punto, Lix, tu me ves como un hermanito al que tienes que cuidar y para mi tu eres el amor de mi vida—

Aquella confesión shockeo a Felix, contuvo el aliento sin saber que decirle, él no lo veía de esa manera y lamentablemente nunca podría hacerlo.

Esa fue la primera vez que le rompió el corazón a Jisung al no corresponder sus sentimientos y él hoy rompía el suyo al irse sin oportunidad a volver.

Se dio un baño mientras lloraba en la ducha, se cambió en un letardo que parecía ser un zombie el que hacía todos aquellos pasos, apagó todas las luces de aquella casa qué ya no se sentía más como un hogar y salió a la calle con una cosa en mente, que por más que le doliera debía hacerlo.



















Minho esperaba tranquilamente a Felix bajo un árbol, esperaría a su chico el tiempo que sea necesario, cuando volviera le daría toda la comprensión y cariño que hiciera falta, le daría ese apoyo que Felix necesita, él mejor que nadie sabía lo que se sentía perder a un ser querido y no quería que Felix pasara solo aquel dolor.

Los pasos de su chico y su inconfundible aroma lo sacaron de sus pensamientos, se levantó de su puesto y miró al frente, ahí frente a él, se hallaba Felix, pero sabía que nada andaba bien cuando él no lo miró de regreso e impuso una distancia entre ambos con el fin de guardar sus sentimientos para si solo.

— Felix — susurró queriendo que lo viera, pero eso jamas ocurrió — ¿Lograste verlo?— preguntó en un intento de que él le hablará

Felix asintió y tragó el nudo en su garganta, no estaba preparado para decir lo que iba a decir, sin embargo tenía que hacerlo, no podía darle una falsa esperanza a Minho sabiendo que él no estaba dispuesto a quedarse a su lado, quería huir, tal como siempre había hecho.

— Sí — levantó al fin su mirada, pero aquellos ojos grises no eran los mismos a los que Minho estaba acostumbrado — No voy a volver contigo, Minho, debo hacer el funeral de Jisung, poner en venta la casa, buscar una nueva, muchas cosas, no puedo ignorar todo e irme a vivir al bosque como toda una ricitos de oro, este no es un cuento de hadas, tengo confirmado que para mí no hay un final feliz—

Minho sintió aquellas palabras como plata clavandose en su ser, su Felix, su mate y el chico al que estaba empezando a amar no lo quería con él, asintió entendiendo, ambos tenían una resilencia a pasar el duelo de manera distinta, él se encerraba y Felix huía.

— Yo puedo esperarte....—

Felix negó sin dejarlo terminar, no quería que nadie lo esperara, Jisung se pasó su últimos días esperándolo y eso no terminó bien, no quería a nadie más esperando algo de él, estaba cansado, solo quería irse y no volver, se sentía mal, se sentía......perdido.

—¿No lo entiendes? No quiero que nadie me espere, no quiero que tu me esperes, quiero volver a mis viajes e ignorar el mundo, no quiero vivir para ti y estar encerrado en el tuyo—

Quizás su tono de voz no fue el mejor porque Scar gruñó en el pecho de Minho, herido y enojado en partes iguales, ambos estaban decepcionados de Felix y quizás sus emociones en este momento eran un peligro para ambos.

— Si me voy y me pides que no vuelva, no volveré, pero ten en cuenta, Felix, que quizás estas espantando a la única persona que quiere hacerte feliz en este momento —

La risa irónica de Felix hizo que Minho se enojara, pero calló, deseaba escuchar lo que él tenia por decir, quería ver que tan cierto era que los humanos solo sabían destruir, porque eso era lo que Felix estaba haciendo con él en ese momento, destruyendolo, destruyendo su vida, su amor y a su lobo.

— ¿Feliz? ¿Tu puedes darme felicidad?— un bufido burlón y su  risa sin gracia hicieron que Minho quisiera huir, ese no era el chico al que había conocido — No puedes ser feliz ni por ti mismo y esperas hacerlo por mi, vete, Minho y no vuelvas, no me interesa si tu destino está ligado al mío, si la Luna te unió a mi, suficiente tuve en pedirle cada día que él se quedara para ahora hacerle caso a sus ordenes—

Con todo el dolor del mundo, Minho miró a su mate, a su sol, Felix lo veía de vuelta, pero casi con odio, casi con repulsión, suspiró aceptando lo que Felix quería para ambos, lo que Felix quería para él, no insistiría, suficiente había tenido con sus palabras hirientes para agregarle más.

— Está bien, haré lo que me pides, no volveré, pero contrario a ti, yo si te doy la oportunidad que si quieres regresar a mí, lo hagas, conoces el camino, Felix, si vuelves, yo te estaré esperando —

Felix negó dando la vuelta y su silueta envuelta en aquella chaqueta negra de cuero fue lo último que vería Minho de él en mucho tiempo, miró a la luna imponente en el cielo y se convirtió en lobo.

Esto dolió más que cuando Joseon se fue y lo peor de todo es que no sé si él tampoco regresará.

Las palabras de Scar hicieron reflexionar a Minho, porque su lobo tenía razón, esto dolía más que la muerte de su esposa, Felix se había metido tan adentro de su corazón y lo había roto desde ahí.

Madre Luna, te pido que lo cuides aunque él ya no crea en ti.

Fue su única petición, el brillo de la luna le confirmó que se así se haría y sin más que hacer ahí, Scar los condujo de regreso a la manada, esta vez sin su sol, esta vez con el corazón roto.




















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Como duelen mis tortolitos 💔

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