Capítulo 20

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Felix tiró sus últimas prendas a la maleta y luego la cerró, colocándola a un lado de las otras seis que ya había armado, la mudanza estaba siendo lenta, llevaba seis días en ello, de los cuales los últimos dos se la había pasado ofreciendo la casa, compró un pequeño departamento en el este de Incheon y un auto nuevo, un pequeño porshe gris que le serviría para movilizarse.

El timbre sonó sacándolo de sus pensamientos, dejó la urna con las cenizas de Jisung sobre la mesita al lado de las maletas y fue a revisar quien tocaba el timbre, Andrew apareció frente a él, con una sonrisa amable lo hizo pasar, últimamente su padrastro estaba muy pendiente de él, algo extraño en sus rutinas apartadas.

— Hola, te traje algo de comer —

Fue ahí donde se fijó en la bolsa que traía en sus manos, la tomó agradeciendo con una sonrisa que fue correspondida por Andrew.

— Gracias, no te hubieras molestado —

— ¿Terminaste de empacar?—

Felix asintió dejando la la bolsa sobre la barra de la cocina, Andrew venía tras él, viendo toda la casa ahora vacía.

— Sí, solo me falta terminar de guardar algunas cosas y estaré listo —

Felix lo guió de regreso a la sala donde ambos tomaron asiento en sillones diferentes, estar solo llevaba a Felix a un lugar de su mente que no quería visitar, el lugar donde pensaba en Minho y lo idiota que había sido él en dejarlo irse y lastimarlo, el lugar donde las memorias de Jisung permanecían, haciéndole daño cada vez que pensaba en él, en ellos, por eso agradecía que Andrew hubiera estado pendiente de él los últimos días.

— Felix, en realidad vine porque tengo algo que ofrecerte —

Felix lo miró intrigado cuando el hombre lo miró seriamente, sus manos junta apoyadas en su regazo, su imponente figura viéndose casi graciosa en el sillón pequeño.

— ¿El qué? —

Ladeó su cabeza en busca de una respuesta, Andrew suspiró no sabiendo cómo decirle lo que quería decirle.

— Quiero que te mudes conmigo, llevas tantos años lejos de mi, evitándome, huyendo a donde sea que te diriges y esta vez no quiero que pases solo tu duelo, vente a vivir conmigo y quizás empieces a pensar en la posibilidad de heredar la empresa —

Felix abrió sus ojos con asombro, no podía creer lo que estaba saliendo de la boca de Andrew, él fue claro hace años cuando le dijo que no quería nada que ver con el mundo en el que su padrastro se desenvolvía.

— Lamento rechazarte esa oferta de nuevo, pero estoy bien así, el departamento es lindo y quizás me vaya a vivir a Australia pronto, no tienes de que preocuparte — mintió

Felix vio la manera en que Andrew se tensó y pareció no agradarle lo que había dicho ¿qué podía hacer él manejando una empresa después de todo? Aveces pensaba que solo era un capricho de Andrew para tenerlo controlado.

— Puedes retirarte, estaba terminando de llenar algunas cosas y me lleva un poco tiempo —

Mintió con una sonrisa que parecía ser de disculpa, Andrew asintió y se arregló su traje, Felix lo dirigió a la puerta y justo cuando estuvo por cerrarla,  Andrew volvió a irrumpir con una sonrisa tensa en su rostro.

— Si lo piensas me harías muy feliz—

Felix asintió volviéndolo a sacar de su casa y suspiró pegando su espalda a la puerta cerrada, se estaba rebalsando poco a poco y creía que no faltaría mucho cuando sus emociones lo sobrepasaran.









Ir a su nuevo departamento se sentía como un nuevo comienzo, suspiró dejando las llaves encima del buró y apretó las cenizas de Jisung en sus brazos, entró al lugar por completo y sin pensarlo demasiado colocó la urna encima de la chimenea, la miró y suspiró viendo a su alrededor.

El departamento era pequeño, una habitación con baño incluido, una sala de estar mediana y una cocina estilo americana, un balcón con vista a la ciudad y eso era todo, no era nada a lo que estuviera acostumbrado, pero tampoco era tan malo para no intentar volver a comenzar ahí.

Se dejó caer en el único sillón que había ahí hasta el momento y cerró sus ojos, sin poder evitarlo las lágrimas empezaron a salir, se sentía tan vacío, tan solo, en un inicio sus viajes habían sido para tener aquella libertad y aquella sensación que le decía que estaba vivo, pero ahora que había conocido a Minho, nada parecía que podía volver a la normalidad ¿cómo podría seguir con eso eso en su corazón? Se había lamentado cada noche desde que lo dejó ir, culpable de haber roto sus corazones al mismo tiempo.

Secó sus lágrimas cuando la puerta del departamento fue tocada, se levantó extrañado porque él no tenía amigos en la ciudad y aún no le había dado la dirección a Andrew, quizás es algún vecino, pensó, pero jamás se esperó que al abrir la puerta Hyunjin lo mirara de vuelta, entrando al departamento sin decir nada todavía.

— ¿Cómo me encontraste? — preguntó asustado, cerrando la puerta antes de avanzar hacía Hyunjin

— Rastree tu olor, hay algo importante que debo decirte —

La mirada desesperada de Hyunjin no trajo un buen presentimiento a Felix, que solo pudo negar y sentarse de nuevo en el sillón, dándole la espalda al vampiro enojado.

— No quiero saber nada si se trata de Minho, o de la manada, o de cualquier cosa que nos una a ambos—

— ¿Y si se tratara de la muerte de tú madre que dirías? —

Volteó con rapidez, mirando a Hyunjin que se mantenía recto en su lugar ¿qué podía saber él sobre la muerte de su madre? No fue nada extraordinario, una vistosa más del cancer de mama que no lo pudo lograr ¿que de raro había en eso?.

— No sé qué planeas decir, yo sé cómo murió mamá, Hyunjin, no necesito que me lo recuerdes — ante la negativa de Hyunjin empezó a exaltarse

— No es así, Felix, déjame decirte la verdad, por favor escúchame antes de que sea demasiado tarde — suplicó

Felix no sabe si fue por la sensación de curiosidad ante esas palabras que aceptó, si fue porque creía firmemente en el vampiro o porque jamás lo había escuchado tan serio, pero después de resoplar y apretar su mandíbula asintió.

— Te escucho—

Pero no sabía si estaba preparado para a afrontar lo que Hyunjin estaba a punto de decir, la verdad siempre sale a la luz y los secretos no pueden ser guardados durante tanto tiempo y hoy Felix iba a descubrir un par de ellos.

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