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El silencio en el apartamento de Taehyung era abrumador, roto únicamente por el eco de sus pensamientos. Sus manos temblaban mientras miraba el mensaje en su celular, la frase "Soy el dueño de tu cuerpo y de tu alma" parecía retumbar en su mente como una amenaza constante.

Respiró profundo y, a pesar del miedo, se atrevió a escribir una respuesta: ¿Qué quieres de mí?.

Apenas un segundo después, el celular vibró, como si la persona estuviera esperándolo:

"Lo que quiero es simple, Taehyung. Pronto serás mío. Tengo cada uno de tus movimientos vigilados, y no permitiré que alguien más intente siquiera acercarse a ti. Desde el momento en que te vi, supe que tu cuerpo es mi propiedad."

La certeza en esas palabras, la posesión implícita, hicieron que un escalofrío le recorriera la columna. Quería que aquello fuera una broma, un malentendido, pero algo en su interior le decía que quien le escribía hablaba en serio. Con el corazón acelerado y el cuerpo tenso, miró el número una última vez antes de bloquearlo, con la esperanza de cortar ese contacto que le hacía sentir tan vulnerable.

Dejó caer el celular en la cama y se cubrió el rostro con las manos. Un par de lágrimas escaparon sin que pudiera evitarlo; la angustia y el miedo se apoderaban de él. ¿Por qué le estaba pasando esto? ¿Quién podría estar obsesionado con él de esa manera? Sin respuestas, se acurrucó en la cama, intentando calmarse hasta que el sueño, como un escape temporal, lo envolvió lentamente.

No supo cuánto tiempo había dormido cuando un ruido lo despertó de golpe. Abrió los ojos, desorientado, y miró a su alrededor. La oscuridad del apartamento lo hacía ver cada rincón como una amenaza potencial. Sus sentidos se agudizaron cuando escuchó otro sonido, esta vez más fuerte, proveniente de la cocina. Respirando entrecortadamente, buscó a tientas algo que pudiera servirle como arma y tomó el palo de escoba que estaba cerca de la puerta.

Paso a paso, avanzó por el pasillo, intentando hacer el menor ruido posible. Al llegar a la cocina, giró lentamente, sujetando el palo con ambas manos. Sin embargo, al entrar, la figura frente a él lo hizo suspirar de alivio.

—¿Jimin? —murmuró, sintiendo el peso del miedo desvanecerse al ver a su novio, quien se giró con una sonrisa al notarlo ahí, con el palo en la mano.

—Hola, mi amor —respondió Jimin, acercándose y levantando una ceja divertida—. ¿Estás bien? ¿Qué haces con eso?

Taehyung soltó el palo, sintiéndose algo tonto y trató de sonreír.

—Nada… solo me asusté un poco —dijo, tratando de mantener su tono de voz firme para que Jimin no notara su nerviosismo—. Perdón, es que… todo estaba tan silencioso y… bueno.

Jimin lo observó con ternura y acercó sus manos para acariciarle el rostro.
—Lamento haber llegado tan tarde y dejarte solo. ¿Pasó algo más grave? —preguntó con suavidad.

Taehyung tragó saliva, dudando si debía contarle todo lo que había pasado, pero el miedo a preocuparlo lo frenó. Decidió no decir nada.
—No, nada importante. —Sonrió forzadamente y acercándose a él, dejó un suave beso en sus labios—. Solo quédate conmigo esta noche, ¿sí?

Jimin le devolvió la sonrisa y le pasó un brazo por los hombros, llevándolo hacia la mesa.
—Por supuesto, amor. Ven, preparé algo de cenar.

Ambos se sentaron, compartiendo una cena en la que Taehyung intentó distraerse en las historias que Jimin le contaba, riendo en cada anécdota y sintiendo que la tensión en su pecho disminuía poco a poco. La presencia de Jimin era su refugio, y se aferró a ella con fuerza.

Al terminar de cenar, Taehyung miró los vasos vacíos y una idea cruzó su mente. Necesitaba una distracción completa, algo que lo alejara de la pesadilla que había vivido.
—¿Quieres que tomemos unos tragos? Creo que necesito… relajarme un poco —sugirió, sonriendo de forma traviesa.

Jimin asintió, y pronto las botellas aparecieron en la mesa. Entre risas, brindis y confesiones, el alcohol fue aligerando la atmósfera, y los ojos de Jimin comenzaron a reflejar una chispa diferente, una más intensa. Se acercó a Taehyung, tomándolo de la cintura mientras sus labios se encontraban en un beso suave, que rápidamente se tornó en algo más profundo.

El cuerpo de Taehyung reaccionó al instante; se aferró a Jimin, dejando que sus manos recorrieran su espalda mientras sus cuerpos se acercaban cada vez más. Los suspiros llenaron la sala, y en ese instante, la realidad exterior se desvaneció. Ninguno de los dos notó los ojos que los observaban a través de la ventana, fijos en Taehyung con una obsesión oscura y enfermiza.

—Parecen dos desesperados… —susurró una voz gélida—. Pero yo solo te quiero a ti, querido Taehyung. Muy pronto, ese "novio" no será más que un recuerdo, y tú serás mío, hasta el final.

Dentro del apartamento, la intensidad entre Taehyung y Jimin no disminuía. Sus besos se volvieron cada vez más apasionados, sus manos recorriendo la piel del otro en una danza sincronizada. Taehyung sintió cómo Jimin deslizaba sus manos por su cintura, atrayéndolo hacia él, mientras sus cuerpos se movían al unísono, dejando que el deseo los dominara por completo. La calidez de sus cuerpos se fundió en cada beso y caricia, hasta que ambos quedaron casi desnudos, completamente vulnerables el uno con el  otro.

Perdidos en ese momento de intimidad y deseo, sus cuerpos se unieron en una sinfonía de suspiros, buscando la satisfacción en la conexión mutua, entregándose completamente. Taehyung  se sentía protegido en los brazos de Jimin, y por un momento, olvidó cualquier amenaza.

Cuando finalmente se quedaron sin aliento, Taehyung  se acurrucó en el pecho de jimin,. escuchando los latidos de su corazón. Jimin lo rodeó con sus brazos, besando su frente y susurrándole con una voz cálida.

—Te amo tanto, Taehyung. No hay nadie a quien quiera más que a ti.

Taehyung sonrió, permitiéndose relajarse en el abrazo de su novio, y poco a poco ambos se quedaron dormidos en el calor de la intimidad compartida.

Por otro lado de la ventana, alguien se mantenía en las sombras observando, sus ojos llenos de furia y deseo mientras sacaba su celular y escribía un mensaje. Cuando lo envío, la pantalla mostró las palabras que terminaron como una sentencia de obsesión:

"Pronto estaré ahí contigo, pase lo que pase, cueste lo que cueste. Que Jimin te haya tocado me ah enfurecido demasiado, pero lo dejaré por esta vez, que disfrute por el momento. Tu cuerpo muy pronto solo reaccionará al mío. Serás únicamente mío, querido Taehyungnie."

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Only mine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora