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El sonido tenue de la puerta cerrandose sacó a Jimin de su letargo. Su cuerpo dolía, pesado y débil, pero su mente seguía atrapada en un solo pensamiento: Taehyung. Desde el momento en que Jungkook lo había echado brutalmente de aquella casa, todo había sido un torbellino de dolor, incertidumbre y rabia contenida.

Con esfuerzo, levantó la vista hacia la silueta que cruzaba la habitación con cautela. Era un joven de complexión delgada pero atlética, de cabello oscuro y facciones marcadas. Su expresión reflejaba determinación, pero sobre todo, preocupación.

Jimin frunció el ceño con desconfianza.

—¿Quién eres? —preguntó con la voz áspera por la sequedad de su garganta.

El joven se detuvo al pie de la cama y lo miró fijamente.

—Choi Yeonjun —respondió en un tono sereno, pero firme—. Soy amigo de Taehyung.

El corazón de Jimin dio un vuelco.

—¿Amigo de Taehyung? —repitió, con la mente trabajando a toda velocidad.

Nunca había escuchado a Taehyung hablar de alguien con ese nombre. ¿Por qué de repente aparecía este tipo diciendo que era su amigo?

Yeonjun pareció notar su escepticismo porque dejó escapar un suspiro.

—Sé que no confías en mí, y no te culpo. Pero te juro que estoy aquí porque estoy preocupado por él.

Jimin sintió su estómago revolverse.

—¿Por qué?

—Porque ha desaparecido —dijo Yeonjun con firmeza—. No responde mensajes, no atiende llamadas, no ha ido a la universidad… y eso no es normal.

Jimin cerró los ojos con fuerza. No, no era normal.

—Intenté buscarlo por mi cuenta —continuó Yeonjun—. Pregunté a compañeros de clase, a conocidos… pero nadie sabía nada. Así que pagué para que investigaran.

Jimin lo miró con sorpresa.

—¿Pagaste?

—Sí —asintió Yeonjun—. No me quedé de brazos cruzados esperando. Y encontré algo.

Jimin sintió que el aire se le atascaba en los pulmones.

—¿Sabes dónde está?

Yeonjun apretó los labios antes de asentir.

—Sí… y no te va a gustar saberlo.

Jimin tragó saliva con dificultad.

—Jungkook lo tiene —susurró, sintiendo cómo su propia voz le temblaba.

Yeonjun no pareció sorprendido, pero sí molesto.

—Lo imaginé. Todo encajaba.

Jimin apretó los puños con fuerza.

—Tengo que ir por él.

Yeonjun lo miró con el ceño fruncido.

—No puedes ir ahora. Sigues malherido.

—¡No me importa! —Jimin alzó la voz, haciendo que su costado doliera—. Taehyung está sufriendo, ¡y tú me dices que espere!

Yeonjun respiró hondo, intentando mantener la calma ante la desesperación de Jimin.

—Si sales en este estado, no llegarás ni a la puerta de esa casa.

—Prefiero morir que dejarlo ahí —Jimin escupió las palabras con rabia.

Only mine Donde viven las historias. Descúbrelo ahora