La deuda de Los Luthor. - Supercorp

La misión Zor-El Luthor.

Kara. 

Hoy es el día. Lutessa se va al cine con... con Travis. Aún no puedo creerlo. Lena me lo ha repetido mil veces: "Es solo una salida, Kara. No te pongas así." Pero, ¿cómo se supone que NO me ponga? Esta es mi bebé, mi primogénita, quien creció en mis brazos. Solo tiene doce años, y ya quiere... ¿qué? ¿Ver una película a solas con un chico? Es el comienzo del fin.

Trato de respirar profundo, pero el pánico me supera. Intenté llamar a Alex, buscando su apoyo y que, quizás, montara un plan de vigilancia para observar cada segundo de la cita, pero Lena interceptó la llamada y me dijo rotundamente que no, que esto era algo que debía enfrentar sola. Lo mismo ocurrió cuando traté de hablar con Maya. Así que aquí estoy, con el corazón en la garganta, casi deseando detener el tiempo. Mis únicos recursos de apoyo, mis tres pequeños, están aquí conmigo en la sala. Lori, Liam, y Luka son mi último refugio. Tal vez ellos me ayuden a ver las cosas con más claridad.

Lori, Liam y Luka estaban en la sala, y los observé como si fueran mis aliados en esta batalla emocional. Me acerqué a ellos, intentando disimular mi desesperación, pero ya era demasiado tarde: Lori ya tenía una sonrisa de medio lado, como si estuviera a punto de disfrutar del espectáculo.

—Niños... ¿qué piensan de que Lu vaya al cine... con Travis? —Solté, tratando de sonar casual.

Lori alzó una ceja, divertida, en un gesto tan parecido a su madre pero con mi rostro plasmado en una pequeña criatura de diez años.

—Ay, mamá, ¿otra vez con eso? —Me miró como si fuera la persona más dramática del universo.— Es solo una salida al cine.

—¿"Solo una salida"? —Repliqué, sin poder evitar el tono agudo de mi voz.—¡Lutessa apenas tiene doce años! ¡Y Travis podría querer... yo qué sé... tomarle la mano o algo!

Lori soltó una risa, que no ayudó en absoluto.

—¿Y qué tiene de malo, mamá? Tomarse de las manos es algo bonito. ¿O vas a decir que nunca lo has hecho?

Me quedé sin palabras, pero entonces Luka, que había estado escuchando atentamente, se acercó con la expresión más seria del mundo y trepó a mis piernas, rodeándome el cuello con sus bracitos.

—Mami, si Travis molesta a Lu, yo lo muerdo. —Dijo, decidido.

Lo miré enternecida y aterrada a la vez. No podía permitir que Luka mordiera a nadie, claro, pero, en ese momento, su lealtad me llenó de alivio, más aun cuando veía como sus cabellos negros, tan lustrosos como les su madre caían suavemente en sus ojitos verdes azulosos. Era tan parecido a Lena que me removía el alma completa.

—Oh, Luka, no puedo pedirte que hagas eso, mi amor. Pero gracias por ser tan valiente.

Liam, siempre lógico, intervino como si estuviera explicando un concepto matemático:

—Mamá, en términos de probabilidad, Lutessa tiene pocas chances de ser acosada en el cine. Está en un lugar público, bien iluminado y con adultos cerca. Además, los chicos de su edad son estadísticamente inmaduros. No creo que Travis haga nada peligroso. — De inmediato levantó sus ojitos azules. — Además, creo que ese niño es un poco tonto.

—¡Pero Liam! ¡No se trata solo de estadísticas! —Exclamé, frustrada.— Lutessa está creciendo, y eso significa que pronto va a... a pensar en cosas que no son propias de su edad. ¡Y Travis podría ser una mala influencia! ¿Y si después de la película quiere... no sé... tomarse de las manos?

Liam solo ladeó la cabeza, como si mis palabras fueran una anomalía en su sistema.

—Mamá, ¿por qué estás tan segura de que Travis le romperá el corazón? —Preguntó, genuinamente confundido.— ¿No crees que podría, en algún momento, encontrar a alguien que la haga feliz?