Capítulo 13

130 15 1
                                    

Emily

"Qué estúpida eres, Emily," me digo, sintiendo el peso de la culpa aplastándome. Dejé sola a Ada con ese imbécil y la lastimó. ¿Todo para qué? Para terminar arruinando el concurso de April también, por no poder contenerme, por no poder estar en dos lugares al mismo tiempo.

La impotencia y el remordimiento se mezclan en mi pecho como un nudo que no puedo deshacer. Si tan solo hubiera sido más prudente, si tan solo hubiera sospechado algo, todo sería diferente ahora.

Miro a Ada, que sigue acurrucada en mis brazos, vulnerable y rota. Quiero decirle tantas cosas, prometerle que nunca dejaré que algo así le pase de nuevo, pero no encuentro las palabras. Solo puedo seguir sosteniéndola, tratando de transmitirle la seguridad que tanto necesita en este momento.

—Voy a estar aquí, contigo, ¿de acuerdo? —susurro finalmente, acariciando su espalda mientras ella asiente apenas, sin levantar la vista.

Ella se aferra a mí con fuerza, y sé que, aunque no puedo cambiar lo que pasó, puedo hacer todo lo posible por ayudarla a sanar.

El sonido de mi teléfono rompe el silencio, y ambas miramos la pantalla iluminada con el nombre de mi padre. Siento el peso de su mirada sobre mí, como si entendiera exactamente lo que significa esa llamada.

—Ve, Em —me pide Ada, con la voz cansada—. No quiero causarte problemas con él.

Niego con la cabeza, sosteniéndola con más fuerza.

—No voy a dejarte sola, Ada —respondo, aunque sé que enfrentar a mi padre después de todo lo que ha pasado hoy será cualquier cosa menos fácil. En este momento, nada me importa más que estar aquí para ella, y si me espera una bronca, la afrontaré luego.

Ada intenta sonreírme, aunque su rostro sigue marcado por el dolor.

—Anda, Em. Estaré bien, además, mi papá está aquí —me dice suavemente, tratando de darme algo de paz.

Mi corazón se aprieta, pero asiento, sabiendo que ella también necesita tiempo.

—Está bien —respondo, aunque la preocupación sigue pesando en mi pecho.

Me acerco a la puerta, pero antes de salir, me giro para mirarla una vez más.

—Prométeme que me avisarás si necesitas algo, ¿sí? —le digo, mi voz casi un susurro.

—Lo prometo —responde Ada, su tono un poco más firme.

Salgo de su habitación y me encuentro con su padre en la sala, con libros y papeles en la mesa del centro.

—Em, querida, ¿todo bien con Ada? —me pregunta, y desearía poder decirle lo que le hicieron a su pequeña, pero no quiero ser yo quien le cause ese dolor.

Si yo me siento fatal, no puedo imaginar cómo se sentirá él al enterarse de lo que ha pasado.

—Sí, solo está un poco abrumada —respondo, tratando de mantener la voz tranquila. Las palabras se sienten insuficientes, pero no puedo permitir que la preocupación se refleje en mi rostro.

Él asiente, aunque su expresión es de evidente inquietud.

—¿Estás segura? A veces, creo que no confía en mí lo suficiente para abrirse.

Su comentario me golpea, y el nudo en mi estómago se aprieta aún más. Quisiera poder compartir la verdad, explicarle que Ada está lidiando con algo horrible, pero no es mi lugar. No puedo hacerle esto a su padre.

—Es solo un poco de estrés escolar, supongo. A veces, las cosas se acumulan, ¿sabes? —digo, buscando desviar la conversación.

Él frunce el ceño, pero al menos parece dispuesto a aceptar mi excusa.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

InevitableDonde viven las historias. Descúbrelo ahora