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Despertar con Jungkook entre sus brazos debería ser lo mejor. Debería ser un momento de calma y felicidad, algo que le llenara el pecho de calor y esperanza, pero en lugar de eso, Jimin sintió un nudo en la garganta.

Como sea, la respiración tranquila de Jungkook contra su pecho, el peso de su brazo descansando en su cintura... todo era perfecto. Y precisamente por eso, dolía.

Jimin cerró los ojos con fuerza, como si al hacerlo pudiera borrar el eco de la pesadilla que lo había despertado. Pero las palabras aún resonaban en su mente, crueles y devastadoras, incluso si solo eran fruto de su subconsciente.

"Perdí mi tiempo contigo, Jimin."

El sonido de esas palabras seguía clavándose en su pecho, incluso mientras Jungkook dormía plácidamente a su lado, ajeno a la tormenta que se desataba dentro de Jimin.

La contradicción lo destrozaba: todo en ese momento, el calor del cuerpo de Jungkook contra el suyo, el ritmo constante de su respiración, era perfecto. Pero precisamente por eso, se sentía tan frágil, como si una sola palabra pudiera romperlo todo.

Jimin abrió los ojos, mirando el techo por un momento antes de bajar la vista hacia el rostro dormido de Jungkook. Su alfa. Su Jungkook. El hombre que le había prometido estar a su lado, que había cruzado todas las barreras para demostrarle su amor. Entonces, ¿por qué dolía tanto pensar que eso podría no ser suficiente?

—Eres tan hermoso... —susurró Jimin, sus dedos acariciando suavemente el cabello de Jungkook, casi como si buscara memorizar su textura.

La pesadilla lo había dejado con un vacío en el pecho que no podía llenar, un miedo que no podía ignorar. ¿Y si algún día Jungkook se daba cuenta de que podía tener algo mejor? Alguien mejor. Alguien que no llegara con las cicatrices de un matrimonio roto, con la responsabilidad de una hija que requería tanto amor y atención, con un pasado que a veces lo mantenía despierto por las noches.

No soy suficiente para él. Nunca lo he sido.

Jungkook era joven, hermoso, lleno de vida y oportunidades. Podía tenerlo todo: fama, admiradores, una carrera brillante. Y sin embargo, aquí estaba, en la cama , abrazando a alguien que apenas podía mantener su mundo unido.

—Deberías estar ahí fuera, viviendo todo lo que el mundo tiene para ofrecerte... —susurró Jimin, aunque sabía que Jungkook no podía escucharlo. Sus palabras eran más para sí mismo que para él.

La idea de perderlo lo aterrorizaba. No porque no confiara en el amor de Jungkook, sino porque no confiaba en que él fuera suficiente para retenerlo. A veces, sentía que estaba luchando contra algo inevitable, como si su relación fuera una cuerda que con el tiempo se iría desgastando hasta romperse. (Así había pasado con Eunwoo, ¿no?)

—Hyung... —La voz ronca de Jungkook interrumpió sus pensamientos, suave y somnolienta. El alfa se movió ligeramente, su brazo apretándose alrededor de la cintura de Jimin mientras sus ojos apenas se abrían.

Jimin se tensó por un momento, pero rápidamente forzó una sonrisa, inclinándose para dejar un beso en la frente de Jungkook.

—Buenos días, Kook-ah. —murmuró, su voz tranquila a pesar del nudo en su garganta.

Jungkook frunció el ceño ligeramente, apoyando su barbilla en el pecho de Jimin mientras lo miraba con ojos aún pesados por el sueño.

—¿Estás bien? —preguntó, su tono cargado de preocupación, como si pudiera sentir que algo no estaba del todo bien.

Jimin se apresuró a asentir, evitando su mirada mientras acariciaba suavemente la mejilla del alfa.

—Hyung... no necesitas esconder lo que sientes. —dijo Jungkook, su voz baja pero firme— Si algo te preocupa, quiero saberlo. Siempre.

💔Más Allá De Un Corazón Roto | Kookmin Au ❤️‍🩹Donde viven las historias. Descúbrelo ahora