💔Más Allá De Un Corazón Roto | Kookmin Au ❤️‍🩹

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Jimin apartó la mirada, la inseguridad creciendo en su pecho. —No sé si puedo hacerlo, Kook —admitió en voz baja, jugando nerviosamente con los bordes de su camisa—Todo esto... estos últimos días, lo que ha pasado entre nosotros... —Sus mejillas se tiñeron de un leve rubor—Me siento tan confundido. Es como si fuera demasiado pronto para mí, y a la vez siento que te estoy dando señales equivocadas.

Jungkook lo observó con una mezcla de comprensión y preocupación, pero no dijo nada al instante, dándole el espacio para expresar sus pensamientos.

—No quiero hacerte daño —continuó Jimin, su voz casi temblorosa—Me asusta empezar algo nuevo. Después de lo que pasé con Eunwoo, no sé si podría ser la persona que tú necesitas. Y tengo vergüenza de cómo me he comportado... cómo hemos... —Se mordió el labio, sintiendo la culpa invadirlo—Los besos, todo... No quiero que pienses que estoy jugando contigo o que me estoy aprovechando de tus sentimientos.

Jungkook se acercó un poco más, asegurándose de que su tono fuera suave y sin juicio. —Jimin Hyung, no tienes que sentirte avergonzado por nada —dijo con sinceridad, su voz calmada como si quisiera envolver a Jimin en una manta de consuelo—Sé que has pasado por mucho. Entiendo que tienes miedo, y no espero que saltes a una relación sin más. No quiero presionarte.

El omega asintió lentamente, aún luchando contra la vergüenza que sentía por haber permitido que las cosas se acercaran tanto a Jungkook sin saber exactamente lo que quería.

—Los besos que compartimos... —Jungkook hizo una pausa, como si buscara las palabras correctas—No los interpreté como una promesa o un compromiso. Los sentí como momentos en los que nos encontramos el uno al otro, en los que necesitábamos estar cerca, aunque fuera solo por un instante. No me arrepiento de esos momentos, Jimin Hyung, y no quiero que tú lo hagas.

Los ojos de Jimin se llenaron de lágrimas al escuchar las palabras de Jungkook, y sintió que una parte de su angustia se aliviaba un poco. Sin embargo, aún había algo que lo retenía.

—Tengo miedo de que... si empiezo algo contigo, y luego me doy cuenta de que no puedo entregarme completamente, te haga daño. Eres demasiado importante para mí, Kook. No quiero arruinar nuestra amistad —su voz se quebró—Y tengo miedo de que, si lo intentamos y fallo, te pierda para siempre.

Jungkook negó con la cabeza, sus manos buscando las de Jimin para sostenerlas con firmeza pero con ternura. —Escucha, Jimin Hyung, no estoy aquí para exigirte algo que no puedas darme. Solo quiero estar a tu lado, sea como sea. Si eso significa ser solo tu amigo, está bien. Si eso significa esperar hasta que estés listo, entonces esperaré. Pero no me perderás, ¿entiendes? —apretó suavemente las manos de Jimin, mirándolo a los ojos con una intensidad que transmitía su sinceridad—No hay nada que pueda arruinar lo que hemos compartido todos estos años. Te prometo que no voy a ir a ningún lado.

Las palabras de Jungkook eran como un bálsamo para el corazón herido de Jimin. Sintió cómo el peso del miedo se aligeraba un poco, aunque no desapareciera por completo. Aún quedaban cicatrices que sanar, pero saber que Jungkook no lo estaba presionando, que respetaría su espacio y sus tiempos, le daba una pequeña esperanza de que, quizás, algún día podría dejar atrás el miedo.

Jimin respiró hondo, tratando de calmar el temblor de sus manos. —Gracias, Kook —susurró— Realmente no sé qué haría sin ti.

Jungkook le sonrió con ternura. —No tienes que decidir nada ahora, Hyung. Solo quiero que sepas que estaré aquí, apoyándote, como siempre lo he hecho. Si algún día sientes que puedes dar ese paso, estaré a tu lado. Y si no, siempre seré tu amigo...y estoy bien con eso.

[...]

Cuando Jimin se quedó dormido en el sofá, el ambiente en la habitación se calmó. Los latidos de su corazón finalmente se tranquilizaron y la tensión acumulada en su cuerpo cedió al agotamiento emocional. Jungkook lo observó por unos momentos, asegurándose de que estuviera cómodo, y luego se levantó con cuidado para no despertarlo. Necesitaba aire, espacio para procesar la maraña de emociones que lo atravesaban.