9. Buen chico -PoohPavel

Capítulo treinta y tres

Luego de entrar en su apartamento e irse directamente a su habitación, Pavel se quitó la ropa y complementos y acto seguido solo con el boxer se tendió sobre su cama pues se sentía realmente mareado.

Tras soltar un profundo y desolador resoplido, cerró los ojos para dormirse pero sin embargo a su mente vino el veinteañero.

...-¿Cuánto tiempo llevaría esperando?...¿Por cuánto tiempo más me seguirá persiguiendo?

No sabía toda la historia pues Pooh lo había dejado totalmente descolocado y apenas le había permitido hablar pero se había quedado muy confuso, con eso de que "era un nuevo él".

A su parecer, el veinteañero seguía igual de mocoso, inmaduro y desquiciante, así como demasiado atrayente y sexy y por eso había tenido que hacer verdaderos esfuerzos para no caer una vez más.

-No puedo volver a beber así-se dijo no muy seguro de sentirse aliviado o decepcionado con lo ocurrido- es demasiado peligroso tenerlo tan cerca en este estado.

En verdad no veía justo que sus amigos hubieran conseguido tan fácilmente el amor y en cambio a él solo se encontraba con decepciones.

No quería pensarlo pero quizás ya iba siendo hora de dejar de creer en que algún día encontraría el amor verdadero y a esa persona con la que conectar en todos los sentidos, compartiendo cada aspecto de su vida.

Antes de conocer a Dome, había creído estar muy enamorado de otro chico pero esa relación había terminado y lo mismo había pasado con el enfermero, con el cual durante cinco años no había mirado a otro hombre.

Ni siquiera entendía cómo había caído con Pooh, a pesar de sentirse engañado pues en verdad todo había sido demasiado extraño y rápido.

Se había dejado convencer de no solo ser infiel por primera vez en su vida, sino que además de ser el pasivo, terminando por enamorarse de él, a pesar de su pésima personalidad.

Sin darse cuenta, poco a poco volvió a cerrar los ojos, quedándose dormido y sin dejar de pensar en el hecho de tener a Pooh a escasos centímetros de su cuerpo, mientras sentía su penetrante mirada, la cual estaba seguro de que si le hubiera insistido un poco más, le haría perder el Norte con facilidad.

Tras sumergirme en los brazos de Morfeo, al poco tiempo tuvo un sueño producto de su desolación, las circunstancias y el alcohol que había ingerido, donde Pooh y él hacían el amor intensamente toda la noche, luego de dejarle subir a su apartamento.

A la mañana siguiente, se despertó todo sudado y acalorado y con la sensación de haber cometido el peor de los pecados, entonces se duchó y a continuación se dejó caer en el sofá, del cual apenas se movió en todo el domingo.

Cuando un nuevo lunes llegó, el fotógrafo acudió al trabajo y al entrar en su estudio, se encontró una nota de su jefe sobre su mesa.

...-¿Qué habrá ocurrido?, ¿Por qué quiere que vaya a su despacho?, siempre que quiere decirme algo viene hasta aquí-se preguntó extrañado.

A su paso, por los corredores, se encontró a sus compañeras cuchicheando y riendo muy alborotadas, entonces de repente una de ellas le cogió de la mano y le miró muy emocionada.

-¿A qué viene tanto alboroto?- preguntó.

-Oh al fin llegas...La señora Aiemkumchai está en el despacho del jefe y ha traído un nuevo modelo. Al parecer es su nuevo descubrimiento- dijo esta.

-Oh si...y es muy, muy, muy lindo -Habló otra.

-¿Y qué tiene de especial?. Colaboramos con muchos de sus modelos todo el tiempo- habló el fotógrafo con desgana-Probablemente quiere que ocupe las páginas centrales del próximo número