Capítulo treinta y uno

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A la mañana siguiente Pooh se despertó muy temprano, con el único propósito de ir al apartamento de Pavel y hablar pues necesitaba decirle algunas cosas, aunque en verdad no sabía cómo hacerlo, ni en que orden.

El hubiera querido ir en la noche anterior, tan pronto hubo colgado al detective pero Lyn lo había detenido, alegando que yendo a esas horas, solo conseguiría ahuyentar más a Pavel.

Rápidamente se duchó y se puso lo más deslumbrante que pudo, agradecido de que ya sus ojos estuvieran bien y pudiera usar de nuevo las lentillas.

...-Perfecto-dijo dándose un último vistazo en el espejo.

Tras coger el teléfono en la mesilla, lo miró y vio que no tenía ningún nuevo mensaje o llamada de su mejor amigo, al cual había dicho que no iría a la universidad en la primera hora pues tenía algo urgente que hacer

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Tras coger el teléfono en la mesilla, lo miró y vio que no tenía ningún nuevo mensaje o llamada de su mejor amigo, al cual había dicho que no iría a la universidad en la primera hora pues tenía algo urgente que hacer.

No sabía como el fotógrafo lo recibiría pero intentaría calmarlo si estaba molesto y también tener paciencia pues eso le habían dicho Lyn y Tommy, si quería conseguir ser escuchado.

Finalmente respiró profundamente y a continuación abrió la puerta de su habitación y bajó al salón donde todavía estaba a oscuras pues sus padres todavía dormían.

Agradeció también que su padre ya le hubiera traído su coche totalmente reparado, por lo que tras salir de la casona de puntillas, se subió a este y arrancó el motor.

Esperaba encontrar todavía a Pavel en el apartamento pues el detective le había dado los horarios de trabajo, aunque pudiera ser que este tuviera pensado ir a algún lado imprevisto y entonces su viaje sería en vano.

Luego de un tiempo conduciendo por las calles apenas transitadas, el veinteañero llegó a la zona donde estaba el edificio de apartamentos, donde se suponía vivía este.

Cuando al fin dio con el exacto, aparcó, se bajó y acto seguido se dirigió hasta allí, donde por suerte alguien madrugador salía por el portal y entonces aprovechó para colarse.

Mientras subía en el ascensor hasta la planta indicada, sonrió pensando en la suerte que había tenido pues en verdad no había reparado en cómo iba a entrar, sin alertar a Pavel o a los vecinos de este y no tener que helarse a la intemperie mientras no salía había el trabajo.

Tras llegar, caminó hasta la puerta del apartamento y luego de soltar un profundo resoplido, pulsó el botón del timbre, esperando que Pavel abriera.

Luego de unos minutos nada pasó, entonces volvió a pulsar, esta vez ya poniéndose un poco nervioso.

-Vamos...vamos... que esté en casa...vamos...vamos

De repente escuchó sacar el seguro de la puerta y a continuación girar la llave, entonces sonrió triunfante.

-¿Qu-Qué haces tú aquí?-preguntó el mayor en cuanto le vio- ¿Có-Cómo has sabido dónde vivo?

Pooh que se había quedado totalmente embobado al verlo tan solo con una toalla en su cintura, ya que este había salido de la ducha previamente, alcanzó a esbozar una amplia sonrisa y hacer un ademán con la mano a modo de saludo.

9. Buen chico -PoohPavelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora