Pavel Naret Phoom es un conocido fotógrafo de veintisiete años, que trabaja para Retro, una de las más famosas revistas de moda de Tailandia. Además es un hombre terriblemente guapo pero aunque tiene a muchos seguidores y seguidoras a sus pies, se m...
El domingo en la mañana, montado en su moto Pavel llegó al puerto deportivo y desde esta pudo ver el majestuoso yate de los Krittin, en el cual ya Pooh le esperaba sentado en cubierta.
-Joder, pedazo de barquito- habló con fastidio -En verdad la vida es bastante injusta
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Tras bajarse y coger su equipo, caminó hasta allí.
-Al fin llegas. Estaba por decirle al capitán que enc...
-No exageres, ok- protestó el fotógrafo con rapidez a la par que subía a bordo- apenas pasan cuatro minutos de las diez
El más joven rodó los ojos mientras se levantaba y tras posar para la cámara allí mismo, a continuación caminó hasta la puerta que llevaba al interior.
-También haremos unas ahí dentro pero antes me cambiaré de ropa. Espera aquí -dijo deteniéndose unos segundos.
-Está bien, tú mandas- Alegó el mayor.
Luego de un tiempo, el veinteañero le llamó para que bajase, encontrándolo subido en unas literas.
-¿E-Estás listo?- preguntó Pavel tragando duro pues el más joven lucía adorable.
-Por supuesto. Dispara
Mientras el yate emprendió la marcha, Pooh hizo varias poses diferentes, la cual más linda pues acompañando a sus amorosos gestos, esbozó amplias y hermosas sonrisas, que hicieron que Pavel apartase los ojos del objetivo varias veces para verle directamente.
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Al término de estas, la expresión del veinteañero volvió a ser seria.
-Ahora voy a refrescarme. Hace demasiado calor, luego tocaré un rato la guitarra-dijo bajándose de la litera de arriba y abriendo unos de los armarios, con intención de ponerse un bañador-ya puedes subir, voy a cambiarme
-S-Si..cla-claro- balbuceó el mayor todavía conmocionado.
Poco después y con tan solo esa insignificante prenda, el veinteañero subió la pequeña escalera y esperó a que el capitán detuviera el yate, entonces caminó hasta el borde de proa y a continuación se zambulló en el océano, sin dejar de ojear al mayor, quién disparaba su cámara una y otra vez, buscando captarlo todo.