Capítulo veinticuatro

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Los nervios de Pooh seguían a flor de piel y nada le salía a derechas pues su mente le traía muy confuso con imágenes constantes del momento compartido con Pavel en el local más famoso de los suburbios y también en el cubículo del gimnasio.

No sabía porqué le afectaba tanto pues solía tener sexo sin remordimientos y mucho menos mezclando sentimientos, ya que era menos complicado y doloroso.

En poco menos de una semana había discutido con sus amigos hasta llegar a los golpes, había gritado e insultado a cada uno de los empleados de la casa e incluso había contestado mal a Lyn un par de veces, dejando de mostrarle su falso carácter dolcil y tolerante.

Su cabeza iba a explotar pues también los últimos años vividos con su madre y la trágica muerte de esta habían vinido a su mente en la noche anterior, volviendo a atormentarlo y haciendo que su carácter voluble, tornara a explosivo sin contemplaciones.

El colmo fue cuando en la mañana del viernes se levantó para ir a la universidad y sus ojos lucían irritados por el poco descanso y el uso abusivo de lentillas, por lo que tuvo que volver a ponerse las gafas.

El colmo fue cuando en la mañana del viernes se levantó para ir a la universidad y sus ojos lucían irritados por el poco descanso y el uso abusivo de lentillas, por lo que tuvo que volver a ponerse las gafas

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Todavía más malhumorado pues no le gustaba usarlas, se subió a su coche y resultó que no encendía, por lo que no le quedó más remedio que aceptar que su padre y madrastra le llevaran.

....-¿Puedes darte prisa, papá?, conduces como una tortuga

-Hay mucho tráfico, hijo

-Si te hubieras dado más prisa con tu desayuno no estaría pasado esto

-Siempre puedes pedir un taxi o irte en el autobús

-¿Yo? ...¿Un taxi?...¿El autobús?, por favor padre, deja de decir tonterías

Earth soltó un profundo resoplido.

-Yo a tu edad iba y venía en autobús y aquí estoy. No es nada denigrante

Pooh chasqueó la lengua con desgana.

-No me apetece ir oliendo el sudor de otros, ¿Vale?...la gente mundana es muy guarra

-Muchas pesonas no tienen tantos privilegios como tú y trabajan duro para tener agua corriente y poder lavarse todos los días. Es un lujo que muchos no se pueden permitir

El ventiañero se tapó la nariz a modo de burla y entonces habló con voz nasal.

-Ok... entonces, ¿prefieres que vaya así todo el tiempo, haciendo el ridículo?, ni hablar. Un Krittin no puede permitirse caer tan bajo

9. Buen chico -PoohPavelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora