Capítulo veintidós

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Luego de su conversación con Pavel, Sailub todavía estuvo más confuso pues este le había insinuado que estaba enamorado de su ayudante y en verdad ya no sabía que creer.

Sin poder ver claramente lo que Pon le hacía sentir, finalmente entró en su casa y allí se lo encontró bailando y cantando, una movida canción de la radio mientras cocinaba

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Sin poder ver claramente lo que Pon le hacía sentir, finalmente entró en su casa y allí se lo encontró bailando y cantando, una movida canción de la radio mientras cocinaba.

Totalmente petrificado se apoyó en el marco de la puerta, hechizado por el vaivén de sus caderas pero entonces Pon se giró y cuando sus ojos hicieron contacto visual, ambos intentaron disimular pero sin éxito.

El cocinero carraspeó nervioso y torpemente intentó irse pero se golpeó la cabeza levemente con el marco de la puerta, mientras que el ayudante se tropezó con sus propios pies y acabó cayendo en los brazos del mayor.

...-¿E-Estás bi-bien?- preguntó Sailub nervioso.

-S-Si, gra-gracias

El cocinero debido a los nervios le sonrió ampliamente, mostrando sus lindos hoyelos.

-Ba-Bailas muy bien

El ayudante totalmente sonrojado, sonrió también.

-No lo cre-creo pero gracias...Emm... ya puede soltarme, chef

-Oh...si...emm, claro- Balbuceó obediente.

-Emm... He hecho la cena- habló nuevamente el ayudante, mientras caminaba hacia los fogones- siéntese, pronto estará

-¿Es lasaña de verduras?- preguntó entonces el mayor.

-Si...es mi especialidad y bueno... sé que a usted le gusta

Los ojos del cocinero se abrieron como platos tras escuchar esa revelación.

-Por esa maravilla te escogí ese día

Pon se giró de nuevo y le miró con los ojos humedecidos.

-En verdad estoy haciendo esto porque lo he visto bastante apenado en estos días y quería hacer algo agradable para alegrarle ...y de paso agradecerle lo bueno que es conmigo, chef...

-No soy tan bueno...de hecho yo...

-Si lo es, chef...usted me dio trabajo y luego dejó que me quede aquí. Una vez más me ha salvado de volver a esa horrible jaula de oro, que mi madre y su nuevo marido llaman hogar

Sailub le sonrió nuevamente y a continuación caminó hasta él, mientras extendía sus manos para poder acariciarle las mejillas y limpiar sus lágrimas.

9. Buen chico -PoohPavelDonde viven las historias. Descúbrelo ahora