25 de Julio
Lukas Pov:
El eco de los gritos me alcanzó antes que el significado de las palabras. Desde abajo, podía escuchar a Alan y Vivian discutir, pero esa vez, todo sonaba diferente: más afilado, más cruel. Estaba hablando con Carlitos, tratando de ignorar lo que pasaba arriba, hasta que la voz de Alan se elevó por encima de todo.
—¡Eres una inútil! —rugió él, y el sollozo ahogado de Vivian fue lo que me hizo detenerme.
Un golpe. Un ruido seco.
Mis piernas reaccionaron antes que mi mente. Subí las escaleras dos escalones a la vez, sintiendo que el corazón se me salía del pecho. Entré en el cuarto para encontrar a Vivian en el suelo, temblando, su cabello desordenado alrededor de su rostro. Alan estaba allí, su rostro tenso, pero en su mirada no había ni una pizca de arrepentimiento.
—¿Qué demonios hiciste? —gruñí, sintiendo cómo mi sangre hervía.
—Fue un accidente —replicó Alan, pero su tono no tenía disculpa, solo desdén.
No me importó lo que dijo. No podía quedarme quieto después de lo que vi. Mis puños hablaron por mí. El primer golpe lo lanzó él, pero no me detuve. Los siguientes fueron míos, certeros y llenos de rabia. Nos golpeamos como animales, ambos con un único objetivo: destrozar al otro.
Todo se volvió borroso. Mi mente se nubló con imágenes de Vivian en el suelo, de su dolor. ¿Cómo se atrevió a lastimarla? Cada golpe era una descarga de esa furia que no sabía que podía sentir.
No escuché a Carlitos entrar hasta que sus brazos se interpusieron entre nosotros. Su voz era firme, pero no suficiente para apaciguar el caos en mi interior.
—¡Lukas, basta! ¡Ya basta! —gritó.
Me apartó de Alan, quien también estaba jadeando, con el rostro magullado. En medio de la confusión, mi mirada buscó a Vivian. Estaba apoyada contra la pared, con una mueca de dolor y lágrimas en los ojos, pero viva. Eso era lo único que importaba.
—¿Estás bien? —le pregunté, mi voz quebrándose.
No respondió. Solo asintió, lo suficiente para que mi pecho dejara de doler tanto.
Carlitos nos obligó a bajar, dejando a Alan con una advertencia dura. Mientras tanto, yo solo podía pensar en cómo había fallado al no subir antes, al no protegerla como debía.
La furia seguía allí, latente, pero también el miedo. Por primera vez, entendí que no podía proteger a Vivian de todo, pero eso no significaba que no lo intentaría. Siempre.
Carlitos no había terminado de empujarme hacia el sofá cuando Alan apareció al pie de las escaleras. Su rostro estaba enrojecido y lleno de moretones, pero no parecía dispuesto a retroceder.
—¿Qué demonios te pasa Lukas? —espetó, tocándose el labio partido.
Vivian bajó detrás de él, cojeando ligeramente, pero antes de que pudiera decir algo, Alan levantó la mano hacia ella.
—Tú no hables.
Fue como encender un cerillo frente a un barril de pólvora.
—¡No le hables así! —le grité, poniéndome de pie.
—Cállate, Lukas. Esto no te incumbe —respondió Alan, intentando mantener la calma.
Pero no podía ignorar cómo Vivian bajó la mirada, cómo sus labios temblaron al quedarse en silencio. No iba a dejar que eso pasara otra vez.
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Cenizas (HER 2)
Fanfiction"Cenizas" narra la historia de Lukas y Vivian, dos jóvenes que, después de atravesar un torbellino de emociones, enfrentan las huellas de un pasado doloroso. Vivian lucha con su inseguridad y siente que no es suficiente para Lukas, a pesar de su amo...