Lukas Pov:
El restaurante estaba cálido, con luces tenues que iluminaban los rostros de todos alrededor de la mesa. Carlitos, como siempre, bromeaba para romper la tensión que parecía colarse entre los platos y los cubiertos. Alan, sin embargo, tenía una expresión diferente; sus ojos estaban más suaves, menos duros.
Cuando pidió la palabra, todos guardamos silencio.
—Quiero decir algo... —inició, con un tono que nunca antes había escuchado en él. Se giró hacia mí, luego a Vivian, y después barrió la mesa con la mirada. Se disculpó, de verdad. Por su comportamiento, sus errores, por lo que había hecho en el pasado. Y al final, clavó sus ojos en Vivian.
—Nuestra relación termina aquí. Esto es lo correcto, Vivian. Lo siento por todo... pero ahora, listo, Lukas, haz la segunda parte.
Mi corazón se detuvo un segundo, quizá dos. Las palabras de Alan resonaron como un eco que golpeaba contra mi pecho.
Lo observé levantarse, con una media sonrisa de complicidad. Carlitos le dio un golpecito en la espalda y luego todos volvieron la vista hacia mí. Mi turno.
Respiré profundo, mirando a Vivian. Ella parecía confusa, como si intentara procesar todo lo que acababa de pasar. No pude evitar sonreír. Era igual de hermosa que la primera vez que la vi, con su cabello cayendo como una cascada oscura, sus ojos llenos de luz, pero sobre todo, esa sonrisa.
Esa sonrisa... Siempre fue lo que más me gustó de ella.
Tomé valor y le hablé, pero mi voz tembló al principio:
—Vivian... hay algo que necesito decirte.
Su atención se enfocó en mí, y de repente, mi mente viajó. Recordé aquel día en el parque de diversiones. La rueda de la fortuna iluminando el cielo mientras mis manos sudaban como nunca. El algodón de azúcar que compré para tener una excusa de estar cerca de ella. Su risa cuando se dio cuenta de lo nervioso que estaba. "¿Quieres ser mi novia?" fueron mis palabras, y ella dijo que sí con esa sonrisa que tanto me desarmaba.
Luego vino la ruptura, un momento que aún dolía como una astilla bajo la piel. Verla alejarse fue lo más difícil, pero también me enseñó que el amor verdadero no desaparece, solo se transforma, esperando ser rescatado.
Y recordé el primer día que la conocí. Ella estaba con una sonrisa tímida, sujetando su mochila. Su manera de hablar, de moverse, de existir... todo en ella gritaba que era diferente, especial.
Regresé al presente.
—Vivian, ¿quieres ser mi novia... de nuevo?
Por un momento, el silencio llenó el lugar. Parecía que el tiempo se detenía, hasta que vi cómo sus ojos brillaban, y esa sonrisa que tanto amaba apareció en su rostro.
—Sí, Lukas. Claro que sí.
El alivio y la felicidad se mezclaron dentro de mí. No pude evitar abrazarla, y cuando lo hice, Alan y Carlitos comenzaron a aplaudir. Fue contagioso; pronto todos en el restaurante estaban aplaudiendo. Nos besamos, sellando ese "sí" que significaba tanto para ambos.
En ese momento, con todos aplaudiendo y Vivian en mis brazos, sentí que mi mundo estaba completo otra vez.
Y, como siempre, Carlitos no perdió la oportunidad de ser él mismo.
—¡Esto parece una maldita película romántica! —gritó, alzando su vaso como si brindara.
Su comentario fue como una chispa en un bosque seco: todo el restaurante estalló en carcajadas y aplausos aún más fuertes. Los camareros comenzaron a aplaudir desde sus estaciones, y hasta un par de comensales en la mesa de al lado comenzaron a corear algo que no entendí por completo, pero que probablemente era una especie de "¡beso, beso!"
Vivian escondió su rostro en mi pecho, muerta de la risa pero visiblemente apenada, y yo solo podía sonreír. Miré a Carlitos, quien ahora estaba de pie con su típica sonrisa de complicidad.
—Gracias por el apoyo, Carlitos —le dije en tono sarcástico.
—¿Para qué estamos los amigos, si no es para arruinar el momento perfecto? —respondió entre risas.
El alboroto fue tal que hasta el gerente del restaurante se acercó, dándonos una sonrisa divertida.
—Bueno, parece que esta mesa ha ganado el premio a la pareja más aplaudida del día
Vivian y yo nos miramos entre risas, todavía algo avergonzados, pero felices. No me importaba cuán extravagante o exagerado hubiera sido el momento. Lo único que importaba era que ella estaba conmigo otra vez.
Al final, cuando todos volvieron a sus platos y conversaciones, Carlitos siguió burlándose. Pero no me molestaba. De hecho, no podía estar más agradecido. Porque, aunque su comentario lo hizo como broma, tenía razón. Todo había sido como una película romántica... y, por suerte, nosotros éramos los protagonistas.
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Cenizas (HER 2)
Fanfiction"Cenizas" narra la historia de Lukas y Vivian, dos jóvenes que, después de atravesar un torbellino de emociones, enfrentan las huellas de un pasado doloroso. Vivian lucha con su inseguridad y siente que no es suficiente para Lukas, a pesar de su amo...