Cap 16- Las llaves adentro

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Lukas Pov:

Al llegar a la casa, dejamos las bolsas en el suelo para recuperar un poco el aliento. Carlitos, que ya tenía las manos libres tras haber llegado primero, se acercó y preguntó, algo impaciente:

"¿Y las llaves? ¿Quién las trae?"

Vivian, que estaba inclinada tratando de acomodar mejor las bolsas, se quedó congelada por un segundo. Lentamente levantó la cabeza con una expresión que ya conocía demasiado bien: era la de alguien que acababa de recordar algo terrible.

"Eh... las dejé adentro", dijo en un tono apenas audible, como si esperando que nadie la escuchara.

"¿Qué?" exclamó Carlitos, agitando las manos en el aire. "¿Cómo que las dejaste adentro?"

"Pues así, ¡las dejé adentro, Carlitos!", respondió ella, ahora en tono defensivo, llevándose las manos a la cabeza. "¡Con tanta cosa que cargar, se me olvidaron!"

Todos nos quedamos en silencio por un momento. Yo suspiré y me pasé una mano por el cabello, intentando mantener la calma.

"Bueno, ¿y ahora qué hacemos?" pregunté, tratando de no sonar molesto.

"Podemos llamar a un cerrajero, pero eso tardará", dijo Alan, que estaba sentado sobre una de las bolsas de ropa con evidente desgano.

"¿Un cerrajero? ¿Y de dónde sacamos dinero? Porque yo no tengo un peso encima", interrumpió Carlitos, cruzando los brazos.

Vivian miró al suelo, claramente mortificada. "Lo siento", murmuró.

La miré y suspiré, sabiendo que ella ya se sentía lo suficientemente culpable. Me acerqué y le puse una mano en el hombro. "No pasa nada, mi vida. Algo se nos ocurrirá."

"Sí, claro, como que tú te metas por la ventana", bromeó Carlitos, y todos nos giramos hacia él.

Vivian levantó una ceja. "Esa no es mala idea..."

"¡Era una broma!" respondió Carlitos rápidamente, pero yo ya estaba considerando la posibilidad.

"¿Por dónde dices que podría ser?" pregunté, revisando las ventanas del segundo piso.

"¡No, Lukas, no te metas en problemas!" protestó Vivian, aunque en su voz había un dejo de esperanza.

"Tranquila, he hecho cosas más complicadas", le dije con una sonrisa.

Y así comenzó nuestra improvisada operación para entrar a la casa sin llaves.

"Tranquilo, no necesitas hacer ninguna acrobacia", interrumpió Vivian de repente. Su expresión cambió y parecía haber tenido una idea mejor. Se acercó a mí, tomó mi celular de mi bolsillo y empezó a desbloquearlo sin siquiera pedirme permiso.

"¿Qué estás haciendo?" le pregunté, confundido.

"Llamando a Karla", respondió mientras marcaba el número. "Ella tiene un juego de llaves de repuesto. Se lo di hace tiempo por si acaso me pasaba algo como esto."

"¿Por qué no lo dijiste antes?" preguntó Carlitos, tirándose al suelo con dramatismo.

"¡Porque con ustedes todos hablan al mismo tiempo, y yo también me estreso!", respondió Vivian, exasperada.

"Claro, claro, la excusa perfecta", murmuró Carlitos mientras rodaba los ojos.

Vivian ignoró el comentario y esperó a que Karla contestara. En cuanto escuchó su voz al otro lado, soltó un dramático: "¡Karlaaa! ¡Te necesito!"

"¿Qué pasó ahora?" preguntó Karla, aparentemente acostumbrada a este tipo de llamadas.

"Dejé las llaves de mi casa adentro y estamos todos atrapados afuera. ¿Puedes venir con el duplicado, por favor? Es súper urgente. Lukas ya estaba considerando trepar por la ventana."

Cenizas (HER 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora