Cap 18- Rage! (Second Part) Capitulo desgarrador

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Lukas Pov:

El día comenzó sin que realmente me diera cuenta. Ya había pasado la mañana, pero mi mente no dejaba de dar vueltas. Estaba agotado, pero mi cuerpo aún seguía en movimiento por la tensión que vivíamos todos, especialmente Vivian. Había estado encerrada en su cuarto desde que regresamos del hospital, y aunque le había insistido para que saliera, ella no pudo. Algo en su interior parecía quebrado, algo que no podía arreglar solo con palabras.

Subí a mi habitación con la esperanza de tomar mis lentes, algo tan simple, tan insignificante en medio de todo esto. Pero cuando llegué al pasillo, un grito desgarrador atravesó las paredes, congelando todo en su lugar.

"¡Me voy a morir!" La voz de Vivian atravesó el aire, y su grito, lleno de desesperación, me hizo detenerme en seco. Mi corazón se detuvo en ese momento, y algo dentro de mí se retorció.

Ella estaba allí, en su habitación, sola. Con el alma rota, con el miedo como su único compañero. El pánico se reflejaba en su voz, como si las palabras fueran lo único que pudiera aferrarse. "¡Me voy a morir!" Una y otra vez. Cada grito me perforaba como una flecha, cada sollozo era como un golpe directo a mi pecho.

No entré. No quería interrumpir, no quería forzarla a hablar si no lo deseaba. Ella necesitaba su espacio, lo sabía. Pero el escuchar esos gritos desgarradores me hizo sentir impotente. Me quedé allí, apoyado contra la puerta de su habitación, incapaz de hacer nada. Podía escuchar sus sollozos a través de la madera, y me senté lentamente en el suelo, dejándome caer como si mis fuerzas se agotaran al mismo tiempo que ella lo hacía.

Mis ojos, que parecían secos por tanto llorar la noche anterior, volvieron a llenarse de lágrimas. ¿Por qué no podía calmarla? ¿Por qué no podía hacer que dejara de sufrir? Escucharla decir que se iba a morir me partió el alma de una forma que nunca imaginé. ¿Cómo podía tranquilizarla si yo también sentía el miedo? ¿Cómo podía darle esperanzas cuando lo único que veía era un futuro incierto para ella?

A medida que los minutos pasaban, mis lágrimas caían sin control. No me importaba que nadie me viera, no me importaba que nadie escuchara mis sollozos. Estaba allí, apoyado en la puerta, sintiendo que todo lo que hacía era inútil. Las palabras no servían, los abrazos no eran suficientes. No sabía cómo calmar ese miedo tan profundo que la invadía.

La escuchaba seguir llorando, gritar, rogar que todo terminara, y me rompía por dentro cada vez que lo hacía. Mi mente quería gritarle que todo estaría bien, que no tenía que temer, pero las palabras se me atascaban en la garganta. Yo también estaba asustado, y me sentía completamente impotente.

Pasaron minutos, tal vez horas, no lo sabía. El tiempo parecía estar detenido, como si el mundo entero estuviera esperando a ver qué sucedía, esperando que yo pudiera encontrar una solución que no existía.

Finalmente, me levanté con el corazón pesado y, a pesar de lo difícil que era, decidí entrar. No me importaba que estuviera llorando, no me importaba lo que pensara. Si había algo que podía hacer, aunque fuera lo más mínimo, lo haría.

Abrí la puerta con suavidad, y la vi allí, acurrucada en su cama, con las manos cubriéndose el rostro. Los sollozos aún no cesaban. Me acerqué lentamente, sin saber qué decir, sin tener una respuesta clara, pero con la necesidad urgente de estar a su lado.

Me agaché junto a su cama y la miré, sintiendo mi pecho oprimido por lo que estaba viviendo. "Vivian..." fue lo único que pude susurrar, mi voz quebrada. "Por favor, no te vayas a ningún lado. No quiero perderte."

Ella levantó la vista, y por un momento sus ojos vacíos se encontraron con los míos. Fue un segundo, pero fue suficiente para ver todo el miedo, toda la desesperación que había dentro de ella. "Lukas... ¿y si me muero? ¿Y si ya es demasiado tarde?"

Cenizas (HER 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora