Cap 13- El cumpleaños de Marte

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01 de agosto

Lukas Pov:

La tarde caía con un ritmo pausado, como si la lluvia fuera un metrónomo marcando el compás del día. El cielo gris bañaba la casa con una luz melancólica que se colaba por las ventanas.

Carlitos había puesto una película de acción, aunque claramente no estaba prestando atención. De vez en cuando lanzaba comentarios sarcásticos que hacían reír a Alan, pero yo apenas escuchaba. Mi mente estaba en otra parte, incapaz de concentrarme en las explosiones y diálogos absurdos de la pantalla.

Vivian no había salido de su habitación en todo el día. Algo en mi pecho se apretaba al pensar en ella, pero intenté convencerme de que necesitaba espacio. Sin embargo, no podía evitar preocuparme. Era como si, al solo pensarlo, pudiera atraerla.

Y entonces sucedió.

El sonido de la puerta de su habitación abriéndose llegó apenas como un susurro entre el ruido de la película. La vi bajar las escaleras, su silueta pequeña envuelta en una sudadera grande que casi la engullía. Su rostro estaba oculto tras su cabello, pero había algo en su postura que me resultó familiar.

No dijo nada cuando llegó a la sala. Simplemente caminó hacia mí con pasos lentos, y antes de que pudiera reaccionar, se acomodó encima de mí. Se hizo bolita, hundiendo su rostro en mi pecho.

Mi corazón dio un vuelco. Esa escena... esa costumbre que tenía cuando éramos novios...

Pasé mis brazos alrededor de ella casi por instinto. Su cuerpo estaba tenso al principio, pero poco a poco se relajó contra mí. Me acerqué a su oído y le susurré:

—¿Qué tienes, bonita?

Solo un sollozo fue su respuesta. Un pequeño sonido ahogado que quebró algo dentro de mí. No entendía qué pasaba, pero no me moví. Solo la abracé más fuerte, esperando que pudiera sentir que estaba ahí para ella, sin importar qué fuera lo que le dolía.

Carlitos y Alan intercambiaron miradas, pero ninguno dijo nada. Bajaron el volumen de la película y se quedaron en silencio, respetando el momento.

La lluvia afuera seguía cayendo con suavidad, como si acompañara las emociones que llenaban la sala. No sabía qué la había hecho llorar, pero sabía una cosa con certeza: no la soltaría hasta que estuviera lista para hablar... o hasta que simplemente dejara de necesitar ese abrazo.

La sala estaba envuelta en un silencio pesado, el sonido de la lluvia afuera fue la única compañía en el aire. Carlitos, que parecía saber algo que yo no entendía, intercambiaba miradas con Alan mientras el celular de este último captaba toda su atención, su rostro iluminado por la pantalla.

La película ya no importaba, y yo tampoco podía concentrarme en ella. Lo único que me ocupaba ahora era el bienestar de Vivian.

El llanto de Vivian, aunque suave, era profundo. Pude sentir el temblor en su cuerpo contra el mío, y por un momento, no supe qué hacer. Me quedé quieto, esperando.

Finalmente, con voz quebrada, Vivian susurró al oído:

—Hoy es... hoy es el cumpleaños de Marte.

Su voz estaba apenas audible, como si las palabras estuvieran luchando por salir entre sus sollozos. Apenas podía hablar, y aunque lo intentó, su voz se rompió de nuevo al mencionar el nombre del perro.

En ese instante, todo encajó. Marte. Recordé claramente cómo le había dado a Vivian ese perro, el regalo que le había dado en su cumpleaños pasado, lleno de amor, de promesas y de cariño. Había sido su compañero, su amigo fiel. La tristeza y el dolor por la pérdida de Marte me golpearon como una ola, y mi pecho se apretó por ella.

Cenizas (HER 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora