Cap 17- ¿Vivian...va a morir?

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Lukas Pov:

Era una madrugada tranquila, pero algo no estaba bien. Sentí una extraña sensación en el aire, algo que me alertaba, como si algo estuviera fuera de lugar. Aún medio adormilado, me levanté de la cama con cautela, sintiendo que algo no encajaba. Decidí ir al cuarto de Vivian, aunque no tenía claro por qué.

Al llegar a su puerta, noté que la luz del baño estaba encendida. Con el corazón acelerado, abrí lentamente la puerta y entré a la habitación. La cama estaba manchada con sangre, y mi estómago se retorció de inmediato. Sin pensar, me dirigí al baño.

Cuando entré, la vi: Vivian estaba de rodillas frente al espejo, su rostro pálido y lleno de angustia. Estaba intentando hacer un lavado nasal con sus manos temblorosas, pero el dolor era tan fuerte que no lo lograba. Mis ojos no podían dejar de enfocarse en el sufrimiento en su rostro. La vi fruncir el ceño, completamente frustrada, hasta que soltó la jeringa, dejándola caer al suelo.

Sin poder soportarlo más, se dejó caer en el suelo, abrazando sus rodillas mientras sollozaba desconsolada. El sonido de sus lágrimas me perforó el corazón, pero no sabía qué hacer para calmarla.

Me acerqué despacio, sin decir una palabra, y me agaché junto a ella. El ambiente estaba tenso, la habitación fría y el aire pesado. Tomé su mano, que estaba temblando, y con suavidad la guié hacia mis brazos, abrazándola.

"Vivian... por favor, no..." le susurré, tratando de calmarla.

Sus sollozos se hicieron más intensos por unos segundos, pero luego se tranquilizó un poco, apoyando su cabeza en mi pecho. Sentí su respiración irregular y su cuerpo aún temblaba.

"Lo siento, Lukas... no podía... no sé qué me pasa," murmuró entre lágrimas, su voz quebrada.

"No tienes que disculparte, mi vida," respondí con voz suave, acariciando su cabello. "Solo déjame ayudarte, por favor."

No sabía qué hacer exactamente, pero la sentía tan frágil en ese momento. No podía dejar que sufriera sola.

La ayudé a levantarse del suelo con cuidado, sin soltarla ni un segundo. "Voy a quedarme contigo, no te preocupes. Lo vas a superar, te lo prometo."

Su cuerpo seguía temblando, pero ahora tenía mi apoyo, y eso parecía darle algo de consuelo. En ese momento, supe que no importaba lo que sucediera, siempre estaría ahí para ella.

Llevé a Vivian con mucho cuidado hacia el coche. Aunque me rogaba que no lo hiciera, sabía que no tenía otra opción. Sus manos estaban temblorosas, y su respiración era superficial. No podía ignorar lo que había pasado, ni lo que había detrás de esos sollozos desconsolados. Así que, a regañadientes, la llevé al hospital.

Desperté a los demás, diciéndoles lo que había ocurrido mientras cargaba a Vivian en brazos. Apenas llegamos al hospital, la llevaron de inmediato a una camilla. Yo intenté entrar con ella, pero me detuvieron en la sala de espera. Los gritos eran desgarradores, llenos de dolor y angustia. Vivian suplicaba que pararan, rogaba que no la lastimaran más. Yo quería irrumpir, exigir que pararan de inmediato, pero no podía. Me quedé de pie, incapaz de hacer nada, escuchando cómo el sonido de sus sollozos se elevaba, retumbando en mis oídos, cada vez más fuerte y desesperado.

"¡Por favor, basta! No quiero esto... déjenme en paz..." escuché que murmuraba, su voz entrecortada, ahogada por las lágrimas.

Los médicos no dejaban que entrara, aunque me lo pedí con insistencia. Finalmente, después de varios minutos de tortura auditiva, salieron de la sala y me acercaron para hablar. Un médico con una expresión seria me dio la noticia.

Cenizas (HER 2)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora