Revelación

4 0 0
                                    


- Tengo una idea - dijo Rebeca - no sé si saben esto pero mi familia pertenece a una sociedad secreta

¿Una sociedad secreta? - preguntó Cocoaguirre, frunciendo el ceño, claramente sorprendida. "¿Desde cuándo?"

Rebeca se aclaró la garganta, mirando al grupo con seriedad. El viento helado soplaba a su alrededor, y el cielo estaba tan oscuro como la situación en la que se encontraban.

"Desde siempre. Mi familia pertenece a una sociedad secreta que se encarga de proteger al mundo de... cosas como esto." Dijo, mirando alrededor, asegurándose de que nadie los estuviera observando. "Ellos saben mucho sobre lo que estamos enfrentando, pero nunca quise contarles nada. Hasta ahora."

"¿Y qué tipo de sociedad secreta es esa?" preguntó Ana Sofía, algo incrédula. "¿Qué puede hacer tu familia por nosotros? ¿Tienen alguna solución?"

Rebeca asintió lentamente, su expresión seria.

"La sociedad no solo tiene conocimientos ancestrales, sino que también posee artefactos y poderosos hechizos que pueden contrarrestar a seres como el Santa diabólico. Pero... hay un problema. No todos los miembros de mi familia están dispuestos a ayudarnos. Y si llegamos a hablar con ellos, hay que ser cuidadosos."

"Entonces... ¿qué propones?" preguntó Daniela, con una mezcla de frustración y esperanza.

Rebeca respiró hondo y miró hacia el oscuro horizonte. "Lo primero es contactar con la sociedad. Para eso, necesitamos llegar al santuario secreto que está debajo del Ävila."

"Es arriesgado," dijo Rebeca. "Pero es nuestra única opción. Si conseguimos acceder al santuario y obtener el conocimiento necesario, podríamos encontrar la forma de derrotarlo de una vez por todas."

Mariana miró a Rebeca, pensativa, y luego dijo:

"Si vamos a hacer esto, necesitamos estar más unidas que nunca. Y prepararnos para todo lo que venga. Necesitamos contactar con tu familia."

 - Si. - dijo Rebeca.

Jesús mataDonde viven las historias. Descúbrelo ahora