-¿Por qué vas a buscarla?- Ella me preguntó.
-¿Por qué? Porque es mi amiga, Sophia. No quiero que le pase nada. Le dije que la buscaría en su casa para que iba a llegar bien a su casa y ahora ella se ha ido y no se donde está.- Le grité.
-¿Te gusta no?- Ella me preguntó y yo la miré.
-Creo que deberíamos dejarlo, Sophia. No puedo más con tus celos.- Le dije.
-Déjame en mi casa, Ian.- Ella me contestó.
-Está bien.- La respondí.
Media hora después la dejé en su casa y yo fui a casa de Lucy.
Cuando llegué allí no había nadie, o al menos no me abría la puerta. Cogí mi teléfono y la llamé varias veces, pero no me contestó ninguna. ¿Dónde estaba?
Lo volví a intentar y por fin me contestó.
-¿Qué pasa?- Ella preguntó arrastrando la palabra.
-¿Estás borracha?- Le pregunté.
-¿Qué es lo que quieres, Ian?- Ella me volvió a preguntar.
-¿Dónde estás? Te estoy buscando.- Le dije.
-¿Por qué? ¿No tiene suficiente con Sophia? Ian tu novia es la que tiene el problema, no yo. Se ha acercado a mí para decirme que me alejara de ti.- Ella me contestó.
-Lucy, dime donde estás y voy a por ti, hay de lo que tenemos que hablar.- Le dije.
-No, no lo vas a hacer. Estoy con Colton, él me va a llevar a casa.- Ella me contestó.
-Está bien.- Me rendí.
-Nos vemos el Lunes.- Dije y colgué.
Lucy POV
Llegué a casa casi a las 5 de la mañana, a mi apartamento vacío. Colton me había dejado y el se había ido de vuelta a casa.
Me quité el vestido que llevaba y después me puse una camiseta para dormir. Pasé al baño a quitarme el maquillaje cuando vi que era la misma camiseta que llevaba para dormir la otra noche, la de Ian para lupus. Pegué un grito y me la quité.
-¿Porqué todo me tiene que recordar a el? Tiene novia, Lucy.- Me dije. Me quité el maquillaje y fui a buscar otra camiseta con la que dormir.
A la mañana siguiente me desperté bastante tarde, como era sábado no tenía que ir a grabar.
Me levanté de la cama y fui a vestirme para ir a por café, era lo que más necesitaba en este momento.
Mientras iba caminando por mi calle a Starbucks mi teléfono hizo un sonido estridente. Miré y vi que Troian me estaba llamando.
-Hola, Troi.- Dije.
-Hola, ¿Dónde fuiste anoche?- Ella me preguntó.
-Volví a casa, no tenía ganas de salir de fiesta. De hecho no iba a haber ido.- Le dije.
-¿Es por Ian y Sophia?- Ella me preguntó.
-No, que va. Llevo unos días que no me encuentro muy bien.- La contesté.
-¿Necesitas que te lleve algo? ¿Qué vaya a cuidarte?- Ella me preguntó.
-No, estoy yendo a por un café ahora mismo. A ver si se me pasa el dolor de cabeza.- Dije.
-No deberías de estar tomando café ahora, deberías volver a la cama con el cuarto a oscuras y esperar a que se pasase.- Ella me dijo.
-Tranquila, estoy bien por ahora. Si veo que empeoro lo haré.- La contesté.
-Está bien, de todas formas me pasaré esta tarde para verte.- Ella me dijo.
-No hace falta, Troi.- Le respondí.
-Si que hace.- Terminó y me colgó el teléfono.
Cuando tuve mis dos cafés en la mano hice malabares con todo lo que llevaba, las llaves de casa, el móvil, la cartera y los dos cafés.
Llegué a casa, dejé los cafés y todo lo que llevaba en las manos llamé a mi madre.
-Hola, cariño. Era hora de que llamases.- Ella me dijo.
-Lo se, me acabo de despertar. Pero tú también me puedes llamar.- Le dije.
-Lo se, pero sabes que no se cuando te molestaría.- Ella me contestó.
-Mamá, tú nunca molestas.- Respondí.- ¿Cómo va todo por allí? ¿Qué tal está Ginna?- Pregunté.
-Todo va bien, Jack ha cogido un chupete y se quedó dormido con él en la boca, después te paso la foto. Y tu hermana ya empieza el curso trabajando en la escuela, lo echaba de menos la pobre.- Me respondió.
-Mamá, he estado pensando que me podía traer a Jack. Esto está tan vacío, me siento un poco sola aquí.- Le dije.
-Eso es tu decisión, cariño. A lo mejor Ryan y yo podríamos ir a California de vacaciones unos días y pasar tiempo contigo, así no estarías tan sola.- Ella me dijo.
-Me encantaría, estaré preparándolo todo. Solo dime unos días y los guardaré para vosotros.- Le dije sonriendo.
-Déjanos organizarlo todo con los trabajos y te llamaré para decírtelo.- Ella me dijo.- Me tengo que ir, alguien quiere comer.- Dijo cuando escuchamos llorar a Ginna.
-Dales un besito de mi parte.- Susurré.
-Lo haré, ten cuidado por allí.- Ella me contestó.
-Siempre lo hago, adiós mamá. Te quiero.- Le dije.
-Yo también, princesa.- Y ambas colgamos.
No podía creer lo mucho que la echaba de menos. Me acuerdo de cuando nos vinimos a vivír aquí para American Juniors hasta que cumplí los 20 años y ella se volvió a ir a Memphis. Me encantaría algún día ir a vivir allí de nuevo, que mi hijos jugaran en las calles donde yo aprendí a montar en bici a que vivieran tranquilos en una casa cerca de un parque tranquilo. California me encanta, pero Memphis siempre será mi primer amor.
