Un gran final.

442 22 1
                                    


Los meses pasaron, y con ellos fue creciendo mi vientre. Ahora que estaba de casi nueve meses casi no me podía mover. No me veía los pies, no conseguía atarme los zapatos. Necesitaba ayuda prácticamente para todo y lo odiaba. Lo odiaba con todas mis fuerzas. Hace unos meses que descubrimos el género del bebé. Iba a ser un pequeño Ian y yo estaba encantada. Brea había querido otra hermanita, pero la explicamos que nosotros no podemos elegir y al final la convencimos.

-¡Ian! ¿Cuantas veces te tengo que decir que bajes la tapa cuando vayas al baño?- Le grité bajando la tapa de un golpe.

-Luce, es solo la tapa del váter. No te pongas como una fiera.- Me contestó.

-¿Una fiera? ¿Ahora soy una fiera?- Le grité.- Lástima que no tienes que pasar nueve meses con un bebé dentro de ti, para que luego salga de un hueco demasiado pequeño y notes como se raja tu vagina.- Le grité.- Tráeme algo de comer, me muero de hambre.- Dije y me senté en la cama. Ian salió con un suspiro de la habitación y de la casa. Teníamos suerte de que Brea no había estado aquí para escuchar nuestra discusión. Troian se la había llevado para un día de compras y aún no habían llegado.

Me levanté de la cama y me dirigía a la cocina cuando noté como mi bolsa se rompía. Saqué mi teléfono del bolsillo y marqué el número de Ian.

-Luc, estoy conduciendo para ir a por tu comida.- Me contestó.

-Tienes que volver a casa.- Dije llorando.

-¿Pasa algo? ¿Estáis el bebé y tú bien?- Me preguntó entrando en pánico.

-El bebé ya llega. Y si no vienes rápido voy a dar a luz en casa.- Dije.

-Está bien, estoy dando la vuelta en cinco minutos estaré allí. Siéntate en el sofá y respira hasta que llegue yo y podamos ir al hospital.- Me contestó.

Hice lo que me dijo y pasé a nuestra habitación a por las cosas que íbamos a necesitar para el hospital y las dejé sobré el sofá y me senté allí intentando calmar mi respiración que estaba un tanto agitada.

-Luc, estoy aquí.- La voz de Ian resonó por toda la casa y en menos de un minutos Ian estaba frente a mí ayudándome a levantarme y cogiendo las cosas.

Llegamos al hospital 20 minutos después, yo ya estaba muriéndome de dolor y sabía que no les iban a dar tiempo a ponerme la epidural como la primera vez. Podía sentir a mi bebé presionando mi vagina para salir y no estaba segura de ni si llegaría a una habitación antes de dar a luz. Este bebé tenía toda la prisa del mundo por nacer.

-Mi mujer está por dar a luz, el bebé ya está viniendo.- Dijo Ian en la recepción.

-El bebé ya está saliendo por mi vagina así que por vuestros cojones, moveros o voy a dar a luz en esta mierda de suelo.- Grité.

-Tranquila, Luc. Ya viene un médico a por ti.- Ian me intentó tranquilizar.

-No me puedo tranquilizar, Ian. Estoy notando como el bebé está a punto de salir por mi vagina y no se ni si me voy a poder sentar porque tengo miedo de aplastar su cabeza.

-Muy bien, señorita Hale. Estamos listos.- Dijo un médico que se acercó a nosotros.

-Ya era hora, joder.- Grité de nuevo.

Casi 2 horas después tuve el placer de abrazar por primera vez a mi pequeño Charlie. Era perfecto, tenía mis ojos, pero sin duda iba a ser una gota de agua de su papá.

Estaba tan cansada que no me di cuenta de cuando se cerraron mis ojos y tampoco noté como Ian cogió a Charlie en sus brazos y le metió en la cuna para que descansáramos los dos.

Cuando me desperté fue por los llantos de Charlie quien se había despertado. Abrí los ojos y le miré. Lo cogí en brazos y lo puse sobre mí.

-¿Tienes hambre, mi chico?- Pregunté sonriendo. Como puse saqué uno de mis pechos de la bata y le comencé a dar el pecho.

-Bueno días, bella durmiente.- Ian dijo entrando en la habitación con Brea de la mano.

-Mami, ¿porqué mi hermanito te está mordiendo una de tus tetas?- Me preguntó.

-Cariño, no me está mordiendo.- Me reí.- Le estoy dando leche para que coma porque es muy pequeño y no puede comer comida aun como nosotros.- Le contesté.

-¿Y por qué hay leche ahí? ¿Yo también tengo?- Preguntó. Ian y yo nos volvimos a reír mientras él se acercaba a nosotros y me dio un beso en la frente.

-No, cuando tengas un bebé en tu vientre, te saldrá la leche. Pero mientras, no tienes.- Contesté.

-Ah.- Dijo y me dio un abrazo y un beso con cuidado en la cabeza de su hermanito.

Con el paso del tiempo, Ian me pidió matrimonio y quedamos en que nos casaríamos cuando Charlie tuviese dos años al menos. Para que el pudiese llevar nuestros anillos. Y así lo hicimos. Nos casamos unos meses después de que Charlie cumpliese los dos años. Ian y yo fuimos de luna de miel al Caribe. Y cabe decir, que fue en el lugar donde me quedé embarazada de nuestra última hija. Clara Grace Harding. Cuando llegamos a casa de una pequeña luna de miel con nuestros pequeños fue cuando nos dimos cuenta de nuestro tercer embarazo, los niños estaban deseando que naciera y sobre todo Brea, que estaba ansiosa por poder jugar con sus muñecas con una niña.

Nos mudamos a una casa más grande, donde entrásemos nosotros cinco, nuestros tres perros y aún pudiesen tener mis sobrinas una habitación donde quedarse durante todo el verano que pasaban con nosotros. Mientras estaba embarazada de Brea, siempre había soñado con esta vida, pero no creía que pudiese suceder. Pero está pasando, y no puedo creer que el mayor logro que había querido en mi vida hubiese sucedido de verdad.

Fin.

Se que es un pelín corto, pero todo lo bueno llega a su fin. Espero que os haya gustado y me podéis dar ideas para una nueva historia. Aun que estoy escribiendo varias, no se si al final las acabaré subiendo.

Muchas gracias por leer :)

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Oct 11, 2016 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Never Give UP (Lucian)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora