Las semanas pasaron, y parecía que la vida en LA era mucho mejor que en Memphis. Hacía mejor temperatura y yo había firmado para sacar otro disco. Estaba tan feliz.
Me levanté de la cama, Ian seguía dormido en la cama junto con Brea que había venido porque había tenido una pesadilla. Llegué al baño justo para agacharme y vomitar en el váter. Ian me debió de haber escuchado porque en menos de un minuto estaba levantándome el pelo para que no se manchara.
-¿Estás bien?- Me preguntó y yo asentí. No podía hacer otra cosa.- ¿Te duele algo?- Preguntó y yo negué.
-¿Qué día es hoy?- Pregunté.
-3 de Octubre.- Me contestó.
-Llego tarde, Ian.- Dije.- ¿Puedes quedarte con Brea mientras voy a por una prueba de embarazo?- Pregunté.
-No, quédate tú aquí, iré a por ello por si te entran más ganas de vomitar.- Dijo dándome un beso en la frente. Se puso unos pantalones y una camiseta y antes de marcharse me dio un beso.
Me senté en la cama pensando. ¿Habría otro bebé dentro de mí? ¿Ian estaría para apoyarme con este bebé? Tantas preguntas pasaron por mi cabeza que empecé a llorar.
-¿Mami?- La voz de Brea me despertó de mi sueño.
-Dime, cariño.- Dije dándome la vuelta.
-¿Por qué lloras?- Preguntó poniéndose de pie en la cama y vino a abrazarme.
-No pasa nada, mamá solo estaba pensando en unas cosas.- Dije.
-¿Qué cosas? No me gusta cuando piensas en cosas que te ponen triste.- Me susurró.
-Estoy en casa.- Escuchamos gritar a Ian. Entró en la habitación y me dio la bolsa.- ¿Quieres que entre contigo?- Me preguntó.
-No, tranquilo. Quédate con Brea.- Dije dándole un beso a los dos.
Entré en el baño. Las manos me temblaban, no era la primera vez que lo hacía así que sabía perfectamente cómo iba. Saqué los dos palos y me senté en el váter.
Dejé los palos en el lavabo y salí.
-¿Qué pasa mamá?- Preguntó Brea que estaba sentada en el regazo de Ian.
-De momento no lo sabemos.- Dije, no quería que tuviera esperanza de tener un hermanito y después solo fuera que estaba enferma.- Tenemos que esperar 3 minutos.- Dije.
-¿Puedo ir a mi habitación a jugar con mis juguetes? Esperar es muy aburrido.- Ella dijo saltando del regazo de Ian.
-Claro, cariño.- Dijimos los dos a la vez.
Ian me abrazó y me dio un beso en la frente.
-Pase lo que pase, no me voy a ir de tu lado esta vez. Te lo prometo.- Me susurró al oído.
-Es hora de mirarlo.- Dije mirando mi reloj. Nos levantamos de la cama y nos metimos en el baño.
-Bueno.- Empecé.- Creo que Brea tiene lo que quería. Un hermanito.- Susurré cuando vi el afirmativo de las pruebas.
-Vamos a tener otro bebé.- Ian me dijo con una gran sonrisa. Me dio un beso apasionado antes de mirarme a los ojos, los suyos estaban llenos de lágrimas al igual que los míos. Le volví a besar. Íbamos a tener un bebé, juntos.
Los días pasaron, aún no habíamos dicho nada a nadie. Queríamos esperar hasta que pasase el primer trimestre del embarazo para asegurarme de que todo iba bien con nuestro bebé. Brea tampoco sabía nada, después de que se fuese a su habitación no se acordó de lo que habíamos hablado.
