-Creo que debería de irme.- Dijo suspirando. Estaba a punto de cerrar la puerta de la habitación del hotel cuando empecé a hablar impidiendo que se marchara.
-Fue duro, había veces que pensaba que no podría cuidar de ella yo sola mientras estaba embarazada. Mi madre me tuvo que dar varios gritos para que me diese cuenta de que Bree era un regalo de Dios y qué él no me hubiese dado ese regalo si supiese que no podría con ello.- Empecé. Él volvió a entrar en la habitación y cerró la puerta detrás de él.
Ambos nos sentamos en el sofá que había enfrente de la cama donde dormía profundamente Brea.
-Lo siento, si lo hubiese sabido... Si lo hubiese sabido las cosas serían totalmente diferentes ahora.- Me contestó.
-No, te hubieses quedado por Brea. No porque me quisieses.- Le dije.
-Lucy... Claro que te quería, a ambas. Si lo hubiese sabido me hubiese quedado por vosotras dos, no solo por Brea.- Me susurró. No se daba cuenta, pero sus palabras me destrozaban cada vez más. Me quería, pasado. Ahora solo sentía simpatía por mí, porque había tenido que cuidar a nuestra hija sola.
-Necesito ir al baño.- Dije levantándome rápidamente para que no me viera llorar. En cuanto llegué allí caí al suelo y empecé a hiperventilar.
-¿Lucy?- Ian llamó a la puerta. No le contesté, no podía hablar y notaba como mis pulmones cada vez se cerraban más y no me dejaban respirar. -¿Lucy, estás bien?- Preguntó de nuevo. Di varios golpes en la puerta mientras intentaba apartarme de la puerta para que pudiese entrar y ayudarme. Entró corriendo al baño y se puso delante de mí de rodillas para poder ayudarme. Sacó su teléfono y empezó a llamar a alguien, no me llegué a enterar a quién porque de repente todo se quedó oscuro.
Ian POV
Cuando abrí la puerta y vi a Lucy tirada en el suelo corrí hacia ella y comencé a llamar a una ambulancia. Cuando cerró los ojos, la miré el pulso y era muy débil.
-¿Papi?- Brea estaba detrás de mí frotándose los ojos.- ¿Por qué mamá está durmiendo en el suelo?- Me preguntó.
-Tenéis que apartaros.- Dijeron los médicos que entraron.
-¿Papi, que le pasa a mami?- Gritó Brea. La cogí en brazos y me la llevé fuera del baño. Ella lloraba en mi pecho y pataleaba para poder ir a por su madre pero no la podía dejar.
-Shh, cariño. Mamá va a estar bien, tranquila. Los médicos la está ayudando y si vas allí no van a poder ayudarla.- Dije abrazándola.
-¿Se pondrá bien, verdad?- Me preguntó.
-Se pondrá bien, te lo prometo.- Susurré.
-¿Si a mamá le pasa algo tú cuidarás de mí, verdad?- Me preguntó.
-Pues claro que sí, cariño. No voy a dejar que nada te pase. Pero mamá se pondrá bien.- En cuanto terminé de hablar uno de los médicos salió del cuarto de baño y cogió la camilla.
-Está respirando mejor, pero vamos a llevárnosla al hospital.- Me explicó.
-¿Se pondrá bien?- Pregunté.
-Sí, es solo para hacerla unas pruebas.- Me contestó. Brea y yo subimos con Lucy en la ambulancia y cuando llegamos al hospital se la llevaron por una puerta y nosotros nos tuvimos que esperar en la sala de espera. No llevábamos ni diez minutos aquí cuando miré a hermosa cara de mi hija que se había quedado dormida en mis brazos.
Lucy y yo teníamos que hablar de cómo serían ahora nuestras vidas. Ellas vivían en Memphis y yo aquí, en California. No sabía cómo podríamos hacer que esto funcionara. No quería volver a separarme de mi hija y tampoco quería que ellas se separaran.
Estuvimos allí sentados como por dos horas hasta que un doctor salió por la puerta por la que se habían llevado a Lucy.
-Karen Lucille Hale.- Me llamó. Me levanté con cuidado de no despertar a Brea y me acerqué a él.
-Lucy está bien, pero no la recomiendo volar en estos momentos. Lo que ha provocado esta crisis en su cuerpo ha sido, posiblemente el estrés o si estabais teniendo alguna pelea. Recomiendo que la deje descansar y que procure no estresarse mucho.- Me explicó.
-Gracias doctor. ¿Puedo pasar a verla ahora?- Pregunté.
-Sí, está preguntando por ti y por la pequeña.- Dijo señalando a Bree que aún dormía en mis brazos.- Está en la habitación 23, allí podrás acostar también a la niña.- Le agradecí su ayuda y fui rápidamente a la habitación donde estaba Lucy.
Ella estaba acostada, con los ojos cerrados. Pasé en silencio, no quería molestarla así que dejé a Brea dormir en el sofá y la tapé con mi chaqueta para que no pasase frío.
-¿Ian?- La voz de Lucy se escuchó en la habitación.
-Hey, no quería despertarte.- Susurré mientras me sentaba en la silla que había al lado de su cama.
-¿Qué ha pasado?- Me preguntó.
-Te encontré en el baño, no podías respirar y acabaste por desmayarte.- Le expliqué.- Pero estás bien, es todo lo que cuenta. No me vuelvas a pegar estos sustos.- Dije dándole un beso en la frente. En ese momento, mi teléfono empezó a sonar. Me levanté de la silla y agarré mi teléfono. No miré quien me llamaba, porque era tarde y me preocupé.
-¿Ian? Es tarde, ¿dónde estás?- Escuché hablar a Shay.
-Estoy en el hospital.- Contesté.
-¿Qué? ¿Qué ha pasado? ¿Estás bien?- Preguntó preocupada.
-No, yo estoy bien. Es Lucy, ha tenido un ataque mientras estaba con ella y su hija.- Contesté. Miré a Lucy que me miró enfadada.- Me tengo que marchar, luego hablamos.- Dije antes de colgar.
-Quiero que te vayas.- Ella me susurró con lágrimas en los ojos.
-¿Por qué?- Pregunté.
-¿Por qué? ¿Me preguntas que por qué? Pensaba que le habías dicho a Shay que mi hija, era tuya también. Pero te avergüenzas, te avergüenzas de tener una hija y no eres capaz de decirle a tu novia que tienes una hija.- Ella dijo comenzando a llorar.
-No me di cuenta, Luc.- Intenté explicarme.
-No, no quiero que te vuelvas a acercarme a mí. Lo haré por mi hija, porque necesita a un padre de su lado y no quiero ponerte en su contra, pero si por mi fuera... No la volverías a ver.- Me gritó.
No podía creer la forma en que la había cagado. No podía creer lo que había dicho. Si antes Lucy no me quería ni ver ahora iba a ser peor.
Aquí otro capítulooo. ¿Vistéis el capítulo de anoche? Si las escenas Ezria hubiesen durado unos segundos después me habría dado un ataque al corazón. Espero que esta temporada sea mejor para Ezria ya que se han pasado temporadas sin darnos una mierda, nos lo merecemos. Un beeeso
