Salí de casa a eso de las 10 de la noche, Ian me acababa de llamar para decirme que acababa de llegar a su hotel. Decir que estaba nerviosa era un eufemismo.Me había puesto unos vaqueros con una blusa y una chaquetilla ya que no hacía mucho frío. Preferí usar el coche de mi madre, ya que ella no iba a salir hasta que yo volviera a casa y no tenía ningún plan con el coche. A demás, no quería dejarme ir andando. De todas formas, si necesitan un coche tienen el de Kirby o el de Mark.
Cuando llegué al hotel de Ian, le pregunté cuál era su habitación. Una vez allí, después de una discusión con el gerente del hotel, por fin subí a su habitación.
-Hey, cuanto has tardado. Pensé que estabas ya en el hotel cuando me llamaste.- El me dijo cuando me abrió la puerta.
-Lo sé, he tenido una discusión con el gerente allí abajo.- Dije sonriendo.
-¿Qué? ¿Por qué?- Me preguntó.
-Porque no quería dejarme subir, decía que no podía dejarme ya que eres alguien famoso y tienen prohibido dejar subir a gente que no tienen en la lista o que previamente has añadido en la lista. Como no estaba en esa lista no me quería dejar subir.- Le expliqué.
-¿Y cómo has conseguido subir?- Preguntó.
-Ejem, digamos que vamos a tener compañía en unos momentos.- Dije riéndome. El se rio y se acercó a abrir la puerta justo cuando el gerente se dispuso a llamar.
-Buenas noches, señor Harding.- Dijo el gerente.- ¿Ha venido alguien por aquí preguntando por usted?- Preguntó.
-¿Yo por ejemplo?- Me dejé ver.
-Señorita, tiene que acompañarnos.- Dijo una persona de seguridad intentando entrar en la habitación para agarrarme.
-Ha habido una confusión.- Dijo Ian defendiéndome.
-¿Qué clase de confusión? Esa mujer intentó mentir para poder entrar en su habitación y así conocerle o matarle o lo que estuviese en sus planes hacer.- Dijo el gerente.
-Señor, está mujer que ve aquí es mi novia. Y llamé esta mañana para decir que iba a venir a verme para que la apuntáseis en la lista de visitas. No se si fue usted o no, pero estoy seguro de que si miráis las listas tiene que estar su nombre. Yo llamé esta mañana y dejé muy claro que iba a venir y que no se la pusiese pegas. Si su nombre no está en la lista, entonces, me temo que voy a tener que poner una reclamación por no hacerme caso.- El dijo estoicamente.
-Bajemos a ver esa lista entonces.- Dijo el señor. Me cogió de la mano y me dio un beso en la frente. Se que por dentro se estaba riendo a carcajadas solo por la sonrisa que ponía.
Una vez abajo, el señor agarró de nuevo la lista, yo sabía perfectamente que mi nombre no figuraba en esa lista, la había leído como ochenta veces.
-Perdone señorita, su nombre si que está en la lista.- El dijo. Miré a Ian y vi que le guiñaba el ojo. Si Ian les ponía una reclamación les afectaría mucho y tenían que evitarlo así que mintió.
-Gracias, amable señor.- Dije y Ian y yo volvimos a la habitación.
Una vez que llegamos, Ian y yo nos sentamos en el sofá y nos quedamos mirándonos el uno al otro.
-Creo que debo disculparme. Debí apartar más rápido a Shay, yo no sabía ni noté que Shay pudiese tener sentimientos hacia mí. La veo nada más que como una amiga y ahora no la puedo ver ni como amiga. Cuando te conocí pensé que eras la persona más hermosa que había visto nunca, yo no sabía que me podía enamorar tan rápidamente, pero sabía que no era lo suficiente bueno para ti, así que lo dejé pasar. Lo dejé pasar tantos años que de no decir nada casi me atraganto. Te quiero Lucy Hale y si lo tengo que seguir escondiendo me va a matar. Te quiero más que como amiga, y se que tu también. Ese beso que nos dimos en tu casa hace unos días, ese beso lo es todo para mí. Es el primer beso de muchos otros que espero compartir contigo.- El me dijo agarrándome de las manos y llevándoselas a sus rodillas.
-Cuando te vi con Shay pensé, tienes que aceptarlo, Shay es mucho más guapa, tiene mucho más talento y tu no eres nada en comparación con ella. A demás, hacen buena pareja.- Le expliqué con lágrimas en los ojos.
-Nunca más digas eso, Lucy. Tu eres la persona con más talento y a lo mejor no eres la más hermosa para todos, pero lo eres para mí y te quiero con todo lo que viene en tu equipaje. Tu mal humor por las mañanas, tu niñerías, tus errores y tus imperfecciones. Al fin y al cabo no es lo bueno lo que te lleva a la perfección, son tus imperfecciones las que te hacen única y perfecta para mí.- El me dijo dándome un beso.
-Te quiero, siento no haberme dado cuenta antes. Siento haberme enfadado tanto y no haberte dejado explicarte.- Me disculpé.
-No tienes nada de que disculparte, Goose. Te quiero, y ya está.- El me susurró. Ambos nos abrazamos y nos besamos en ese sofá durante un buen rato. Ian encendió la tele y puso una película con la cual nos quedamos dormidos allí.
Me podéis matar si queréis... Sorry por el tiempo que llevo sin escribir, simplemente he tenido un poco de lío con los exámenes y todo eso y no me ha dado tiempo a actualizar todo lo que tengo. Espero que os guste este capítulo :)
