Yo aviso, este capítulo tiene mucho contenido adulto :)
Llegamos a casa a las 12, estábamos cansados, pero aun así nos quedaban fuerzas para demostrarnos lo mucho que nos queríamos. Cogí en brazos a Lucy mientras la besaba y sus manos fueron directas a desabrocharme la camisa que llevaba.
Con poco esfuerzo la llevé hasta su habitación y una vez allí la dejé sobre la cama.
-Tengo que decir que hoy estabas más preciosa de lo normal.- Susurré contra su cuello.
-Podría decir lo mismo.-Ella me susurró. Me empujó un poco y se puso encima de mí. Sus caderas molían las mías haciéndome gemir cada vez que lo hacía. La empecé a quitar la ropa mientras la besaba el cuello, sabía que eso la ponía loca. Después, cuando la tuve desnuda la volví a dejar en la cama tumbada y empecé a besarla el cuerpo. Tenía una piel suave y no tenía ninguna imperfección, solo la cicatriz que había dejado Chris, nunca me olvidaré del daño que la hizo. Sabía que Lucy siempre había estado acomplejada por su cuerpo y esto lo haría peor. Pero yo estaba ahí para decirle lo hermosa que estaba siempre y lo bonito que era su cuerpo y lo sexy que era siempre.
-¿Te duele?- La pregunté.
-Puedo aguantarlo.- Ella me contestó besándome. Me empecé a quitar la ropa, ella me quería ayudar, pero quería que se relajase y me lo dejase todo a mí. Ella protestó, no la gustaba quedarse quieta, nunca la había gustado, según su madre.
Una vez que estuve desnudo me acerqué a ella y con cuidado la separé las piernas para ponerme entre ellas. Me metí dentro de ella y la escuché gemir. Escuchar sus gemidos hacía que yo me pusiese más duro cada vez. Empecé a moverme despacio, tenía miedo de hacerla daño, pero cuando vi que ella intentaba moverse para conseguir más me empecé a relajar y empecé a hacerlo más rápido.
-Avísame si te hago daño.- La susurré.
-Solo hazme el amor, Ian. Yo te diré que pares si me duele. Pero hazme el amor, por favor.- Ella me dijo. Su voz era una mezcla de lujuria y de amor, ambas cosas se podía ver también en sus ojos. La besé y cada vez fui más rápido. Lo único que se escuchaba en su casa eran nuestros gemidos y los ruidos que hacían nuestros cuerpos al chocar.
-Joder, Ian. Se siente tan bien.- Ella me gritó. Sus paredes cada vez se estaban haciendo más pequeñas, lo que me indicaba que estaba a punto de acabar. Paré un poco, quería que acabásemos los dos a la vez. Era algo que nos gustaba mucho a los dos. Cuando empecé a notar mi orgasmo, volví a ir más rápido.
-Vamos, gatita. Ven a por mí.- La susurré dándola un beso en el cuello. Sus manos estaban ocupadas arañándome la espalda y no me podía seguir el beso ya que no podía parar de gemir.
-Ian...- Ella gritó.- Ian... estoy a punto de acabar.- Ella gritaba cada vez más alto.
-Me encanta cuando gritas mi nombre, Luce.- La dije.- Grítalo de nuevo.- La pedí.
-IAN.- Ella gritó y ambos acabamos. Nuestras respiraciones agitadas era lo único que se escuchaba ahora en la habitación. Lucy tenía una pierna sobre mí y yo tenía mi brazo sobre su vientre.
-Eso ha estado muy bien.- Ella dijo sonriendo. Yo asentí y la besé.
-¿Te he hecho daño?- Pregunté.
-Estoy perfectamente, Ian.- Ella dijo poniéndose a horcajadas encima de mí.
-¿Segunda ronda?- La pregunté sonriendo maliciosamente.
-Sip, pero esta vez estoy al mando.- Ella me dijo y metió mi pene dentro de ella sin previo aviso. Los dos gemimos y ella empezó a rodar sus caderas.