En cuanto Ian y yo acabamos con el postre no podíamos esperar hasta llegar a casa. Íbamos a su casa, ya que era la que más cerca estaba. Ian pagó la factura de la cena y ambos salimos de la mano del restaurante.
Cuando salimos, había un montón de paparazzi haciendo un montón de preguntas. Ian me agarró de la cintura asegurándose de que estaba bien agarrada me llevó entre todas las cámaras que nos hacían fotos hasta que entramos en su coche y rápidamente arrancó y nos fuimos de allí.
Una vez que llegamos a su casa, Ian me agarró de las caderas y me pegó a él.
-Estoy deseando ver esa sorpresa tuya.- El me susurró al oído.
-Entonces, tendrás que desenvolver el regalo, cariño.- Le respondí seductoramente. Su mano fue subiendo lentamente por mi espalda hasta llegar a la cremallera del vestido y la bajó despacio.
Todo parecía ir a cámara lenta, mi vestido cayó al suelo alrededor de mis pies mientras que las manos de Ian recorrían todo mi cuerpo, acariciándolo. Sus manos se posaron sobre mis nalgas y me levantó para que pudiese abrazarle con mis piernas.
-Creo que tengo un nuevo conjunto de ropa interior preferida.- El suspiró en mis labios.
-Me encanta que te guste mi regalo.- Respondí besándole de nuevo.
-Pasemos todo esto a la habitación.- Susurró.
-No, quiero hacerlo aquí.- Sonreí.
A la mañana siguiente, me desperté y no me podía mover de todas las actividades de anoche.
-Ian.- Intenté despertar a Ian que estaba dormido a mi lado con un brazo por encima de mí.- Ian, despierta, dormilón.- Repetí y él abrió los ojos.
-¿Qué pasa?- Preguntó.
-Tengo que ir al baño, pero no creo que mis piernas respondan.- Le dije.
-¿Necesitas que te lleve?- Me preguntó.
-Si.- Dije avergonzada. Él se levantó de la cama, me cogió en brazos y me metió en su cuarto de baño. Una vez allí, cuando terminé, él me llevó de vuelta a la cama y fue a preparar algo de desayuno.
Cuando llegó, llevaba una bandeja con un montón de comida y café.
-Me muero de hambre.- Dije sentándome en la cama.
-Marlene ha llamado.- Dijo él con un suspiro.
-¿Qué pasa?- Le pregunté preocupada.
-Tenemos que ir a grabar. Así que en cuanto terminemos de comer nos tenemos que duchar e ir a grabar.- Dijo él.- Por lo visto se han perdido unas escenas y tenemos que volver a grabarlas.- Terminó.
-Me duele todo el cuerpo.- Gemí.
-Lo siento, cariño. No debí haberlo hecho como ayer.- Suspiró.
-Oye, anoche fue asombroso. En serio, me encantó. Te quiero, Ian. Ya veré como paso el día de hoy. Si veo que no puedo hablaré con Marlene.- Dije dándole un beso.
Cuando llegamos a los estudios, los demás ya habían llegado.
-Llegáis tarde.- Dijo Marlene cuando nos vio.
-Lo siento, hoy mi espalda no tiene un buen día.- Respondí.
-¿Por qué no me lo dijiste, Ian?- Le preguntó a Ian.
-Aún no estaba despierta cuando llamaste.- Mentí.- Él no lo sabía.- Terminé.
-Si ves que no puedes con ello, me lo dices y vuelves a casa.- Ella me dijo dándome un beso en la frente.
-Está bien. Yo te lo diré.- Contesté.
Estuvimos grabando en el estudio 5 horas sin parar. Teníamos que dejar todas las escenas grabadas para el final de día. Ahora eran las 3 de la tarde y todos nos estábamos muriendo de hambre. Íbamos a hacer un parón para luego seguir con las grabaciones. Todo mi cuerpo estaba dolido, lo que más me dolían eran las piernas de todas las posiciones en las que Ian me puso anoche, pero aguanté. Aguanté hasta casi las 12 de la noche que estuvimos allí. Ian ya había dicho a Marlene de nuestro viaje a España la semana que viene y ella estaba de acuerdo en que necesitábamos un tiempo de descanso después de lo que había pasado y como ya habíamos terminado de grabar la 6 temporada, tendríamos un tiempo libras hasta que se escribiese la 7 temporada y empezásemos a grabarla.
Ese día llegó, Ian y yo estábamos terminando de meter las maletas en el taxi que nos iba a dejar en el aeropuerto. Estaba nerviosa, no sabía que esperar de España. ¿Tendría fans allí? ¿Alguien me conocería? En twitter he visto varias cuentas de España.
Cuando llegamos allí era por la noche. Ian y yo estábamos reventados, pero cuando llegamos al aeropuerto había un montón de personas esperándonos. Estaban sentados en el suelo, algunas personas hasta tenían mantas sobre ellas. Eran demasiado adorables. A pesar de que los guardias que teníamos no nos dejaban acercarnos, nosotros lo hicimos. Me acerqué a varias chicas allí, estaban llorando y tenían un cartel muy grande en el que ponía "Te queremos, Lucy" y varios tweets que había escrito. Saqué mi teléfono y me hice un selfie con las tres y después Ian se puso a hacer sus tonterías con ellas. A pesar de que hablaban muy rápido, en español y no entendía mucho lo que decían me alegré de poder haberlas conocido en persona. Ellas hasta me dieron un montón de regalos, una de ellas me dio un peluche con el que dormía de pequeña.
Ian y yo decidimos dar un paseo por el Retiro, habían hablado de él en la serie y Ashley que había estado en España nos dijo que era muy bonito.
Y tenía razón, Ian y yo paseamos por allí cogidos de la mano. Era tarde, pero no teníamos sueño. Todo era tan perfecto, Ian y yo solos. Había gente paseando a sus perros, otras personas simplemente estaban hablando mientras estaban sentados en bancos.
-Esto es tan bonito. No me puedo creer que no haya venido aquí antes.- Dije sonriendo.
-Lo mismo digo.- Dijo él besándome. Estábamos caminando cuando escuchamos tres gritos. Eran las mismas chicas que había en el aeropuerto, esta vez no estaban llorando. Nos acercamos a ellas y las dimos un abrazo.
-Pensaba que nunca ibais a venir a España.- La chica rubia dijo.- Nunca pensé que os conocería de verdad.- Terminó.
Una de ellas, parecía la más mayor y la que me había dado el peluche, estaba temblando y casi no hablaba. Me acerqué a ella y la abracé. En el momento que mis brazos la rodearon se echó a llorar.
Los demás se unieron a nuestro abrazo y por fin se calmó un poco.
-Lo siento.- Ella dijo limpiándose las lágrimas. Yo saqué un pañuelo de mi bolso y se lo di. Cuando nos tuvimos que ir, las pedí su twitter y su nombre a cada una y lo apunté en mi móvil para después seguirlas.
Cuando llegamos al hotel, mis pies me estaban matando. Ian y yo pasamos al baño y nos dimos una ducha juntos antes de ponernos los pijamas e irnos a dormir. El día siguiente iba a ser largo íbamos a dar grandes paseos por las calles de Madrid e iríamos a ver un musical y compraríamos regalos para todos. Iba a ser una muy buena semana.
Supongo que sabéis quienes son las tres marías que se encuentran en el aeropuerto y en el Retiro :) El fin de semana que viene, más y mejor. :)) -E
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