Las semanas pasaron, Brea iba muy bien en el colegio y había hecho muchos amigos. Hablaba cada día con su padre. Hoy íbamos a pasar el día al parque, mi madre nos había dicho que nos iba a esperar allí y después iríamos a cenar a algún sitio.
-¿Cuándo vamos a volver a ver a papá? Le echo mucho de menos.- Dijo Brea con su vestido de lunares rojo y negro.
-No lo sé cariño, supongo que cuando tenga un tiempo en su trabajo, mamá está ahorrando para poder comprar unos billetes y poder volar allí.- Le contesté.
-Cuando le vea, le voy a dar un gran abrazo. Y no me voy a soltar, ¿vale?- Ella me dijo mirándome intensamente con sus grandes ojos azules.
-Y estoy segura de que a papá le encantará que hagas eso.- Me reí.
-¿Terminaste de prepararte? La abuela se va a enfadar porque vamos a llegar tarde.- Ella me dijo haciendo que me diese un poco más de prisa. Solo me faltaba echarme un poco de colonia.
-Estoy lista, nos podemos ir.- Dije sonriendo.
Las dos salimos del apartamento de la mano, hacía calor ya que era verano por lo que las calles estaban repletas de gente que caminaba para ir hacia los parques y heladerías.
-¿Dónde nos va a llevar la abuela a cenar?- Preguntó Brea.
-Aún no lo sé, no me ha dicho nada.- Dije.
Llegamos al parque, mi madre aún no había llegado así que dejé a Brea ir a jugar un poco a la zona de niños. Mientras estaba apoyada en la valla mirando a Brea la vi mirar hacia detrás y su mirada se iluminó.
-Papá.- Gritó y se bajó corriendo del columpio. Yo me giré y vi a Ian viniendo hacia nosotras pero se paró en medio del camino para recoger a Brea que había ido corriendo a él.
-Hola, cariño.- Dijo abrazándola y dándola besos.
-¿Qué haces aquí, papá?- Preguntó ella abrazándole.
-Tenía muchas ganas de ver a mi princesa. Os he traído algo.- Dijo dándonos una bolsa a cada una. A Brea le había traído más ropa para su muñeca junto con un armario para guardarla y a mí me había traído café, mi favorito.
-Gracias.- Dije sonriendo.
-Estamos esperando a la abuela Julia, ella nos va a llevar a cenar a algún sitio.- Dijo Brea.
-En realidad, la abuela Julie no va a venir. Fue idea mía, para la sorpresa. Soy yo quien os va a llevar a cenar fuera.- Dijo sonriendo y volvió a coger en brazos a Brea, quien no se quejó.- Tu madre ha sido muy agradable, me ha pedido que me quede en su casa mientras estoy aquí.- Terminó.
-Entonces, ¿ahora duermes en casa de la abuela Julie?- Brea preguntó y Ezra solo asintió.- ¿Puedo dormir en casa de la abuela Julie unos días?- Preguntó emocionada.
-Habría que hablar con ella.- La contesté.
-¿Qué os parece si vamos a cenar y después damos un paseo hasta casa de la abuela?- Ian preguntó.
-Claro, vamos.- Dije sonriendo.
-Me muero de hambre, papi.- Brea gritó.
Los tres pasamos por un restaurante que había cerca del parque, no era muy caro y se comía muy bien.
-Yo quiero un plato de espaguetis para niños.- Pidió Brea.
-Yo voy con una ensalada césar.- Dije.