Capítulo 4.

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Desperté en mi cama al día siguiente, mi cabeza me dolía como el infierno. Sentía que explotaría en cualquier momento. Hinata estaba sentada en una silla a mi lado con la cabeza recargada en la cama. Traía la misma ropa de ayer.

En la mesita de noche había un cubo con agua, y junto a éstos, estaban unos trapos aún húmedos. Sobre mi frente llevaba una compresa. Mi amiga se la ha pasado en vela cambiándome los paños de agua fría. Le acaricio la mejilla cuidadosamente para no despertarla y le sonrío. No sé que haría sin ella.

Lo que no entiendo es ¿cómo fue que llegue aquí?, lo último que recuerdo fue ir detrás de Sasuke en su motocicleta, pero a partir de ahí todo se volvió negro y revoltoso.

—Al fin despiertas. —murmura Hinata.

—¿Qué sucedió?

La veo tallarse los ojos con el dorso de sus manos y bostezar con pereza. A pesar de las pronunciadas ojeras debajo de sus ojos y el rostro de cansancio, me pareció preciosa.

—Te desmayaste al llegar a casa. —me dice en un bostezo.

—¿Quién me trajo aquí?

—Sasuke. Te cargó en brazos y te dejó en la habitación, estaba muy preocupado. Se quedó la mitad de la noche hasta que tu mamá lo mando a descansar a su casa.

Me sorprendió tanto, que incluso que no me había dado cuenta que estaba conteniendo el aliento. No me esperaba eso.

—¿Estuvo aquí cuidándome? —pregunto asombrada.

—Si, se quedó contigo un buen rato.

—Oh...

Por lo visto, éste chico nunca va a dejar de sorprenderme. Es impredecible, siempre hace lo contrario de lo que pienso que hará.

—¿Qué fue todo eso? —pregunta.

—¿Qué? —la miro confundida.

—Van a comer solos, llegan a la pelea y bajan de la moto juntos tomados de la mano y por sí fuera poco, después te trae a casa. —me toma de la mano y me pide que la mire a los ojos.

Niego con la cabeza un par de veces y luego trato de buscar mi voz de nuevo.

—En primer lugar, yo no accedí a comer con él de buena gana. En segunda, me tomó la mano para que no me perdiera entre tantas personas, tercera; me trajo a casa porque se ofreció a hacerlo. No tenía muchas opciones, además no quería molestarte a ti y a Naruto.

—No molestas, nunca lo haces. Tú eres lo más importante para mi y eso lo sabes, Sakura. —me sonríe con aire maternal.

—Hinata... gracias. Tu también eres lo mas importante que tengo. —le planto un beso en la mejilla.

La abrazo con fuerza, no puede ser que la quiera tanto. Es la única en la que puedo confiar realmente.

—¿Qué sucedió después de la pelea? —pregunta sonriendo.

—Yo...

Me cuesta trabajo decirlo, no es un recuerdo muy agradable. Ella pone cara de preocupación en cuanto ve que mi mirada se oscurece.

—Sasuke estaba muy enojado anoche, oí que le decía a Naruto "Mataré a esos hijos de perra" o algo así. ¿Qué fue lo que realmente sucedió, Sakura.?

Me mira interrogativa y yo desvio la mirada para no enfrentar la suya. Ella me toma por los hombros. Mi vista comenzó a ser borrosa.

—Unos tipos quisieron pasarse de listos, tenía miedo... pensé que nadie me ayudaría, pero llegó Sasuke y me salvó. —digo en un hilo de voz.

Una pelea contra el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora