Una pelea contra el amor.

Capítulo 29.

Hoy se cumplen tres meses desde la última vez que ví a Sasuke.

El trabajo ha mantenido mi mente ocupada, yendo por las mañanas a la agencia de modelaje y por las tardes grabando la película hasta altas horas de la noche.

En mis días libres he procurado pasar el tiempo con Bolt y Naruto, ellos parecen ser más unidos cada vez. En cuanto a Hinata, ella se le ve más relajada, saliendo en familia de vez en cuando, y acercándose al rubio poco a poco.

—¡No es justo, Sakura! He hecho cualquier cosa para que Boruto me idolatre tanto como a ti, y no lo consigo. —se queja Naruto haciendo un puchero.

—Eso es porque tiene una tía increíble. —le digo sonriendo victoriosa.

Bolt se tira sobre el césped y da vueltas encantado, hacia un día hermoso, y habíamos decidido tener un pícnic al aire libre en un parque cercano a casa.

—Boruto ve a Sakura como su heroína. Quizá por todo lo que ha hecho por nosotros estos años. —menciona Hinata sonriendo con ternura.

—¡Deja de decir esas cosas o me pondré a llorar! —le dije en tono burlón, aunque la verdad estaba conmovida.

—Es verdad, Bolt y tú tienen una conexión increíble, es algo que no termino de comprender totalmente, pero así es. —me dice ella.

Lo observo saltar como loco para atrapar una mariposa en un frasco que su padre le dio, y casi me echo a llorar. Quiero tanto a ése pequeñín.

—Por cierto, Sakura, ¿sabes lo que harás después del desfile? ¿planeas quedarte a vivir en Konoha? —pregunta Naruto intrigado.

—No lo creo, lo más probable es que regrese a Nueva York o termine mudándome a Los Ángeles con Sora. —le digo dejando caer los hombros.

—¿Estás segura de eso? —esta vez es Hinata la que pregunta.

—Es algo que no tengo completamente definido, y no quiero pensarlo ahora. —les digo recostándome en el césped.

Veo las nubes blancas, intentando descifrar las figuras que se forman y sin querer suelto un profundo suspiro.

—Me agrada Sora... quizá me case con él. —digo de pronto.

Los ojos de Hinata se abren por la sorpresa, y Naruto se puso pálido por completo. No se esperaban algo como aquello, ni yo tampoco. Simplemente salió de mis labios.

—¿Estás loca? ¡Pero sí tú no le amas! —grita Naruto de repente.

—Le quiero. Sora me hace sentir paz, con él me siento tranquila. Para mi eso es suficiente.

Naruto se levanta enojado, se pasa una mano por su cabellera rubia y me mira decepcionado.

—No me gustan las personas que se mienten a sí mismas, Sakura. Ambos sabemos perfectamente a quién amas en realidad.

Besa la frente de Bolt y acaricia la mejilla de Hinata antes de marcharse. Me siento terrible. Porque es verdad. Estaba mintiéndome a mi misma. Él se va, dejándome con solo la pequeña familia que hemos creado con el paso de los años.

—Sabes que tiene razón, ¿verdad? —dice Hinata.

—Lo sé. —asiento distraída.

(...)

Pasaron otras cuatro semanas más, faltaba menos de un mes para el desfile y la agenda está más ocupada que nunca.

Terminamos de grabar la película hace un par de días y tan pronto como lo hicimos, Sora tuvo que marcharse a Francia para empezar el rodaje de otra.