Capitulo 5.

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Sasuke está recostado en el sofá, con la cabeza apoyada sobre mis piernas y con los ojos cerrados. Se ve relajado, fresco. Algo no tan común en él.

—Deberían quedarse acá esta noche, ya es tarde para salir. —murmura.

—Tú prometiste llevarme a casa, Sasuke. —le digo en tono de molestia.

Suspira y se levanta con pereza. Se pasa una mano por el cabello desordenado y asiente.

—Está bien, recoge tus cosas. —dice fatigado.

Tomo mi bolso y mi chaqueta mientras él busca la llave de la motocicleta en su cazadora. Hinata tenía ya sus cosas listas y Naruto la rodeaba con su brazo esperándonos en la puerta principal.

Cruzamos el largo pasillo, Sasuke se ponía su cazadora, cuando de pronto se escuchó un trueno fuera, seguido del sonido de las gotas chocando con el suelo, cerré mis ojos de inmediato y me estremecí de tan sólo haberle escuchado. Mi amiga y yo nos miramos instintivamente para después ver a los chicos.

—Parece que el destino se empeña en que estemos juntos, ¿no te parece, pequeña? —sonríe radiante.

—Podríamos ir en el auto de Naruto. —insisto.

—Por mi no hay problema. —responde el aludido.

Me giro a ver a Sasuke con una ceja enarcada y una sonrisa, la cual se borró en el instante en el que él sonrió también con altanería. Oh no.

—Naruto, sí llevas a las chicas a casa.. tú culo estará tan pateado, que no te quedarán ganas de follarte a tu novia. —gruñe.

—No digas ese tipo de cosas. —susurra Hinata sonrojada.

—Eso quiero verlo, idiota. —respinga Naruto.

—Podría hacerlo ahora.

Se acerca a Naruto, pero en ése momento reacciono y me interpongo en su camino, él agacha la mirada para verme a los ojos, estaba enojada. No, furiosa. Comienzo a darle pequeños golpes en el pecho, no para que dolieran, sino para que entendiera que estaba molesta con él.

—¡Ni se te ocurra hacerlo! —grito.

—¿O qué? —sonríe.

—Me voy de nuevo a Italia mañana por la mañana. Y no volverás a verme en tu vida.

Su sonrisa se borra y sus ojos se abrieron como platos. Una chispa de un sentimiento que no supe reconocer aparece en esa oscura mirada, frunce el ceño y da un paso hacia mi, mientras su mano se refregaba el rostro.

—No lo harías. —espeta.

—Oh, sí que lo haré...

—Sasuke, no la provoques. —murmura Hinata.

—¿Estás bromeando, no? —dice dirigiéndose a mi.

Niego con la cabeza y él trata de acercarse más a mi, pero extiendo mi brazo al frente para darle a entender que no era una buena idea. Cierra los ojos y respira profundamente, al abrirlos me mira con desesperación y se lleva una mano a la frente.

—Yo... lo siento. No te vayas. —dice en un susurro.

—¿Qué? Espera... no te he oído. En todo caso, deberías decírselo a Naruto, no a mí.

Me cruzo de brazos y señalo al rubio, que en ese momento está bastante serio y con las manos metidas en los bolsos de su pantalón.

—Bien, lo siento. Ya está, lo he hecho. —un imperceptible rubor aparece en sus mejillas.

Una pelea contra el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora