Capítulo 34

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Es mi primera semana del segundo trimestre de embarazo. Tener un pequeño ser creciendo dentro de mi es la cosa más asombrosa que jamás pensé. Mi pancita está comenzando a notarse un poco y Sasuke cada vez está más emocionado a pesar de que lo oculte bastante bien cuando otras personas preguntan por ello.

Habíamos decidido que viviríamos en la fortaleza del penthouse por lo menos hasta el final del segundo trimestre. La casa que Sasuke había adquirido a las afueras de la ciudad aún necesitaba arreglos y ser amueblada por completo. Así que aquí estábamos ahora. Él me había traído el desayuno a la cama, mientras aprovechaba para cambiarse de ropa.

Aún no hemos hecho pública la noticia del embarazo. Las únicas personas en saberlo son nuestros amigos y familiares. Incluso Itachi ha llamado un par de veces desde que su madre se lo ha dicho, él está del otro lado del mundo, trabajando en un bufete de abogados bastante reconocidos y se comunica con Sasuke de vez en cuando.

En cuánto a mi, los mareos son constantes y los antojos son terribles. Hikari se ha encargado de consentirme como una reina, preparándome los platillos más deliciosos que haya visto en mi vida.

Mi madre ha saltado de la emoción con la noticia después de que la semana pasada fuéramos a ver a mis padres. Sasuke ha pedido disculpas por robarse a su hija, o eso es lo que dijo papá en broma y todo se volvió un caos cuando se enteraron que serían abuelos. Mamá llama todos los días para saber cómo estoy y darme algunos consejos para cuando el bebé nazca.

—Nena... hoy saldré a una reunión fuera de la ciudad, pero volveré para la cena, será rápido. —dice Sasuke besando mi frente.

Yo me estiro entre las sábanas, totalmente desnuda. La noche anterior y parte de la mañana la habíamos pasado teniendo mucho sexo. Supongo que es más por tener un hombre tan caliente en mi casa, que culpa de las hormonas. O quizá sean ambas.

—Cuida a mamá, ¿de acuerdo? —susurra a la altura de mi vientre.

Los ojos oscuros de él brillaban cada que veía la pequeña pancita. Y yo adoraba verlo a él. Jamás imaginé que viviríamos esta etapa juntos... casados y en espera de nuestro primer hijo, ¿quién lo habría pensado?

Acaricio su rostro con suavidad y él cierra los ojos, aceptando mi muestra de cariño.

—Cuídate mucho, ¿vas a conducir?

—No, iré en el avión privado. —dice guiñando un ojo.

Por supuesto, a veces me olvidaba de su aura de hombre exitoso que lo rodeaba siempre que hablaba de negocios. La arrogancia era su segundo nombre.

—¿En la noche podemos salir a cenar ramen? —pregunto haciendo un puchero.

—¿Naruto te ha pegado su locura por el ramen?

—Pequeñín quiere ramen. —frunzo el ceño.

—De acuerdo. Cenaremos lo que quieras. —dice por fin.

Yo le sonrío ampliamente y me estiro un poco para alcanzar sus labios. Él me besa con suavidad y acaricia mi mejilla antes de levantarse de la cama.

—Naruto dijo que traería a Boruto hoy, él vendrá conmigo a la reunión así que no debe tardar en llegar. —menciona Sasuke bajo el umbral de la puerta.

Se le veía guapísimo vestido con su traje negro, tan elegante y pulcro. Aún así lograba ver la punta del tatuaje de su espalda asomarse por el cuello de la camisa. Me muerdo el labio con fuerza para sacarme de la cabeza los pensamientos sucios que estaba teniendo justo ahora por culpa de su esposo.

—¡Tía Sakura! ¡Tía Sakura! —se escuchó la voz de Bolt en el pasillo.

No pasó mucho hasta que pude ver la cabellera rubia del niño entrar como un huracán a la habitación y saltar a la cama. Mis mejillas se pusieron roja de la vergüenza porque recién me daba cuenta que seguía desnuda y cubierta únicamente por la sábana.

Una pelea contra el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora