Capítulo 16.

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Los siguientes días pasaron en un abrir y cerrar de ojos. Se ha hecho tan corto el tiempo que hemos pasado en este lugar afrodisíaco, pero es hora de volver a casa.

Aún no puedo creer que estoy comprometida, que me vaya a casar con el hombre que menos me esperaba. Digo, antes de conocerlo le odiaba. Bien dicen que del odio al amor hay una paso.

Que ironía, esa misma frase fue la que tuve que traducir mi primer día en el instituto en la clase de lengua.

Naruto y Hinata están sentados en el asiento de enfrente del avión, Sasuke está a mi lado, esta vez prefirió ser un pasajero normal a ser el piloto de avión. En cualquiera de los casos, se le ve guapísimo con sus jeans oscuros y camisa blanca.

Recargo mi cabeza en su hombro y él me acaricia los nudillos con su pulgar. Llevamos cuatro horas de vuelo y me supongo que estamos a punto de llegar.

—Estás un poco callada. —susurra Sasuke con el ceño fruncido.

—No es nada, es sólo que hubiera querido estar más tiempo en la isla.

—Todavía tendremos la luna de miel.

Asiento con una sonrisa y él entrelaza nuestros dedos. Después de eso, cierro mis ojos para dormir un rato antes de llegar a Konoha.

(...)

—Si no levantas ahora, tendré que llevarte como un costal sobre mis hombros. —murmura en mi oido.

Estiro los brazos aún con los ojos cerrados y bostezo. Se escucha su risa a un lado de mi.

—Creo que puedo caminar sola, gracias. —me desperezo por completo y me levanto más activa que nunca.

Probablemente son veinte a las diez y tendremos que presentar los exámenes finales a las doce. Es totalmente injusto que ni siquiera podamos descanzar después de un viaje tan largo, pero por lo menos me alegra que ahora, pueda graduarme de la preparatoria y entrar a la Universidad.

Pero no es por eso que me he levantado con tanta energía, sino porque quiero contarle a todas mis amigas que pronto me voy a casar. ¡Casada a los diecinueve años! ¡Es una locura! pero me encanta.

—¿Y esa sonrisa? Cualquier cosa que hayas tomado, yo también quiero. —me dice Sasuke contra la sien.

—Te he tomado a ti.

Oh, y bien que lo he disfrutado.

—De eso no cabe duda. Eres insaciable. —besa mi mejilla.

—El insaciable aquí, eres tú.

—Es que cuando se trata de ti, no puedo evitarlo. Si fuera por mi, te haría el amor en este mismo instante, pero el idiota de Naruto y tu amiga están a un metro. —susurra decepcionado.

Niego divertida. Nunca va a cambiar.

(...)

El Audi está estacionado en el mismo sitio y el deportivo de Naruto también, e incluso la motocicleta de Sasuke.

—¿Quieres ir al Instituto en la moto? —me pregunta él.

—Es una buena idea, creo que le has echado de menos éste par de semanas.

—No tienes idea cuanto. —asiente con una sonrisa de lado.

En cuanto bajamos del avión me lleva hasta su vehículo de dos ruedas y se monta en ella dejandome espacio para ir detrás.

De cierta forma, extrañaba la Harley y la manera en la que Sasuke sonreía cada que viajaba en ella.

El camino al Instituto no fue largo, o por lo menos no lo pareció, él conduce como un desquiciado.

Una pelea contra el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora