Capítulo 15.

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Me toma de la mano y desliza su pulgar con ternura por mis nudillos, luego, se los lleva a los labios y los roza con ellos de una manera tan excitante.

Vamos en la parte trasera del vehículo que nos lleva a cualquiera que sea mi sorpresa y no puedo evitar sentirme nerviosa pero al mismo tiempo emocionada, tanto suspenso me esta matando.

Mis ojos están vendados y lo único que escucho es el sonido de mi respiración y el leve ronroneo del motor del mercedes negro. Cuando nos detenemos, Sasuke entrelaza nuestros dedos y me besa en la mejilla.

—¿Lista? —pregunta.

Asiento. Mi pulso se acelera cuando escucho que abre la puerta y baja él, después de unos segundos que para mi me parecieron eternos me toma en brazos y me saca del auto. Puedo escuchar el sonido de las olas romper y esa maravillosa brisa fresca que me pega en el rostro.

Cuando me deja en el piso vuelve a tomarme de la mano y me obliga a seguirle aún con los ojos cubiertos por un pañuelo que se había sacado del bolsillo del pantalón de chándal. Me cuesta trabajo caminar sin que mis pies se enreden uno con el otro y en varias ocasiones casi caigo, pero afortunadamente él no es tan torpe como yo y evita que aterrice de bruces en el suelo de madera del edificio.

—¿Dónde estamos, Sasuke?

—Shh, ya casi llegamos. —susurra en mi oído.

Sus labios rozan mi mejilla y me guía hasta un lugar en específico en donde me deja parada a la deriva y momentos después oigo sus pasos alejarse. Debo estar al aire libre, porque aún huelo el aroma del agua salada, literal.

De pronto, siento sus grandes manos rodearme por detrás de la cintura. Si, sé reconocer sus manos. Me muerde el lóbulo de la oreja y me susurra:

—Eres hermosa.

¿Cómo no querer a este chico?

Me besa la sien y me levanta en brazos para después comenzar a caminar, escucho el sonido de sus zapatos chocar contra el suelo y luego, siento como empieza a subir escalones.

Abre una puerta y entra a una habitación conmigo aún en brazos, me deja sobre lo que parecía ser una cama acolchada y suave que se hunde cuando él también sube en ella para desabrochar el nudo del pañuelo que me cubre los ojos.

—Cámbiate. Vengo por ti en cinco minutos. No salgas de aquí y nada de curiosear. —me advierte.

Sasuke sonríe ampliamente y me da un corto beso en los labios antes de salir y cerrar la puerta detrás de sí. Respiro profundamente y me permito mirar por el enorme ventanal que había en aquella habitación. El atardecer estaba en su plenitud y la marea había subido unos cuantos metros.

¿En dónde estamos?

Estoy segura que no es la isla y que por mucho, este lugar es más pequeño que la casa de Sasuke. Aunque tiene un toque muy hogareño y me gusto, me parece muy bonito y con una vista increíble.

Observo cada detalle de lo que hay a mi alrededor y llego a la conclusión de que sólo hay una cama matrimonial, un par de mesitas de noche a cada lado, un sofá y un cuarto de baño.

Detrás de mi se encuentra una valija con una muda de ropa dentro y ahora comprendo que cuando dijo "cámbiate" se refería a esto.

Saco un vestido blanco hasta las rodillas y sin mangas junto con unas zapatillas altas color plata. Las tomo y me adentro en el cuarto de baño para lavarme la cara y limpiar todo el rimel corrido debajo de mis ojos. Por Dios. Estoy horrible. ¿Y aún así piensa que soy hermosa?

Me refriego el rostro con las manos y quito el resto de maquillaje. No importa que haga, es imposible verme bien en este momento. Resignada me seco con una toalla limpia y lavo mis dientes con un cepillo que cargo siempre en el bolso.

Una pelea contra el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora