Capítulo 2.

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—Estoy listo. —murmura con una sonrisa ladina.

Todos en el lugar guardaron silencio al escucharlo, incluso las chicas gritonas que no pararon de chillar al verle.

El fortachón se acercó peligrosamente a él y trató de propinarle un golpe en la cara, pero Sasuke fue más rápido y de un ágil movimiento lo esquiva y estampa su codo en la mejilla de Kai.

Si bien el chico castaño  tenía una masa corporal increíble, eso no le ayudaba en nada en ésta pelea, porque Sasuke podía moverse con libertad y golpearle al mismo tiempo que esquivar. No me di cuenta que contenía la respiración hasta que comenzó a faltarme el aire.

El grandulón envía una patada, pero falla de nuevo, y Sasuke aprovecha para lanzar un puñetazo justo en la nariz, que inmediatamente comenzó a sangrar. Seguido de esto, acierta otro golpe por encima del ojo, haciendo que la ceja se abriera y brotara sangre de ella también. Él no dejaba de tirarle golpes y Kai intentaba desesperadamente atinar uno sólo, pero parecía que era totalmente imposible por la velocidad del azabache.

En un movimiento rápido Sasuke patea su costado derecho y el chico cayó al suelo de rodillas, con las manos en el lugar donde la recibió... justo en las costillas.

Mientras el chico seguía en el piso, Sasuke observó al público y me miró de reojo; sentí un escalofrío, podía jurar que estaba más pálida que un mismísimo fantasma y que mi mirada delataba el miedo que me dominaba. Él en cambio seguía igual que antes de comenzar la pelea, sus nudillos estaban manchados de sangre al igual que el suelo que estaba siendo salpicado por las gotas que caían de la nariz de Kai.

Sasuke se acerca decidido a dar el golpe final y yo cierro mis ojos con fuerza, pero mi curiosidad fue más grande que mi miedo y los abrí justo en el momento en el que le dio un golpe en la nuca al chico y éste cayó inconsciente sobre el piso del cuadro. La jaula se elevó de nuevo y Suigetsu corrió al centro.

—El ganador indiscutible es ¡Sasuke Uchiha!

Todos estallaron en aplausos, gritaban o tiraban piropos. Las chicas lo aclamaban y algunos chicos lanzaban botes de cerveza al aire. Me quedé ahí parada, el color probablemente aún no volvía a mi cara, todo lo contrario, tenía unas increíbles ganas de devolver mi estómago.

Karin se acerca a Sasuke y le tiende un pañuelo húmedo para que limpiase sus manos manchadas de sangre ajena, y seguido de esto le entregó su chaqueta, él se la coloca y sin decir nada caminó hasta la puerta, pero antes se detuvo frente a mi.

—No tienes porque tener miedo, corderito. —sonríe con altanería.

—¿Corderito?

—Bonito cabello... —asiente hacia mi.

Nuestras miradas se conectaron por unas milésimas de segundo y todo alrededor se detuvo. Sólo existíamos él y yo. Ni los universitarios borrachos, ni las chicas con hormonas alborotadas. Sólo ése chico lleno de tatuajes y mirada penetrante.

Él sonrió con picardía y siguió con su camino hasta llegar a la puerta de la bodega, sube a su moto y arranca sin mirar de nuevo sobre su hombro.

Bien... eso fue raro. ¿a qué se refería al decirme corderito? Quizá mañana tenga la oportunidad de preguntarle. No pensaba quedarme con la duda. Ino se acercó a mi, emocionada y dando saltitos.

—¿Qué te dijo? —pregunta una vez que está frente ami.

—¿Qué? ¿quién?

Ella se cruza de brazos y pone los ojos en blanco al ver la confusión impresa en mi rostro.

Una pelea contra el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora