Capítulo 18.

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Especial: Hinata.

Me gustaba observarlo cuando dormía, ver su rostro relajado y sentir su respiración debajo de mi cuerpo. Siempre hacía lo mismo, me le quedaba viendo durante minutos, incluso horas después de hacer el amor. Y con cada segundo que pasaba más me convencía que él era el amor desventurado de mi vida.

El único hombre que amé, amo y seguiré amando con el pasar de los años. Mirarlo era un deleite, contemplar esas marcas en sus mejillas que tan sólo momentos antes había recorrido con mis labios; pero mi parte favorita de todas es ver sus ojos abrirse lentamente, permitiendo admirar ese par de piedras preciosas que tiene escondidas ahí. Para mi no hay mirada más bonita que la que él me dedica al despertar, cargada de amor y ternura.

—Feliz cumpleaños, mi amor. —le sonrío, besándole los labios.

—Despiertame así todos los días y te juro que me tendrás comiendo de tu mano una eternidad. —me atrae hacía él.

—Me conformo con una vida juntos.

Le acaricio la mejilla y me levanto de la cama con la sábana cubriendo mi cuerpo. Recojo un par de prendas que estaban tiradas en el suelo, busco entre ellas mi camisa holgada limpia y me la paso por la cabeza, me pongo unas bragas, un short corto y salgo de la habitación para dirigirme hacía la cocina.

—Ahora vuelvo, esperame aquí. —le digo antes de cerrar la puerta.

Pienso que sería bueno empezar un buen cumpleaños llevándole el desayuno a la cama. Me encuentro con Sakura sentada con los codos apoyados en la encimera, lleva puesto una camiseta de Sasuke y sí su cabello hablara, diría «He tenido un buen polvo anoche».

—¿Cómo te sientes? —le pregunto en un susurro.

Después de lo de ayer, me imagino que debe estar muy asustada o por lo menos un tanto traumatizada. Primero casi la secuestran, luego está en medio de una pelea y para colmo la angustia que debió haber sentido cuando Sasuke no llegaba.

—Estoy mejor ahora que Sasuke está en casa. —dice con una pequeña sonrisa.

Me acerco a ella y la abrazo. Sakura es valiente. Es una de las tantas cosas que admiro de ella, no se doblega con facilidad y hace frente a los problemas. Todo lo que ha pasado me ha demostrado lo fuerte que es, a pesar de que sé que por dentro se moría de la angustia y del miedo.

—Me alegra que estés bien. No se que habría hecho si esos tipos hubieran logrado su cometido.

Ella asiente, se limita a corresponder mi abrazo y me besa la mejilla antes de separarse.

—¿Cómo amaneció el cumpleañero? Cansadísimo, supongo. —dice burlona.

—Planeo llevarle el desayuno a la cama. —digo ignorando su mirada pícara.

—Yo te ayudo.

Juntas preparamos la comida a la velocidad de la luz, acomodo todo en una bandeja y la llevo a la recámara. Sakura también había preparado algo para Sasuke, por lo tanto nos separamos al entrar cada quien en la habitación correspondiente.

Naruto se encontraba sentado en la cama con las manos detrás de la cabeza en una posición relajada. Me mira con ternura cuando entro a la habitación y mi corazón se derrite.

Nunca me hubiera imaginado tener a mi lado a un hombre tan maravilloso como él. Siempre era Sakura la que conseguía la atención de los hombres aunque ella no se diera cuenta, su manera de ser, su espontaneidad la hacían destacar entre las demás y yo, a pesar de que no me hiciera sentir menos, me creía su sombra. Siempre detrás, siendo protegida por ella.

Una pelea contra el amor.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora