25.-¡Oh Liliana suenas como una pervertida!

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❤゜゜・* 25*・゜゜❤

―¡Deme otra copa! ―exigí.

―Su quinta copa de helado ya va en camino ―respondió el camarero de aquel café alejándose con mi copa vacía.

Bueno, después de haber salido como el correcaminos del edifico, encontré uno que estaba a unas cinco cuadras del edificio, se veía acogedor y entre a hacer lo que toda mujer hace cuando se siente triste. Ahogar las penas en helado.

Recuerdo que una vez vi un documental sobre los dolores físicos y sentimentales que las personas tenían. En una parte hablaron sobre los corazones "rotos" o una decepción amorosa, y supuestamente este dolor podía ser comparado con el de estar quemándote vivo.

En conclusión: decepción amorosa = quemándote vivo.

Trágico ¿no?

Yo estaba ahí viendo al vacío, comiendo helado de chocolate y pensando en todo lo que estaba pasando, en lo que podría pasar y en como ese helado sabia tan bien.

De pronto una canción conocida comenzó a tocar en aquel café.

Deje de comer mi helado para pensar y la reconocí en el momento del coro.

Era I try de Macy Gray. Si alguna vez leen la letra, esa es una de esas canciones en la que muchas personas en algún punto de su vida, se siente identificado con la letra.

En estos momentos esa persona era yo.

Enserio trate de que Adam deje de gustarme, trate de ignorar lo que sentía, trate de olvidarlo pero era tan complicado. Incluso trate de convencerme de que solo sería un gusto pasajero, pero tampoco funciono.

Olvidar a Adam seria como olvidar mi propio nombre.

Dejar de quererlo sería como dejar mis pensamientos de lado.

Ninguno era posible.

Deje salir un largo suspiro para luego chocar mi cabeza contra la mesa de madera.

Odiaba esto ¡Lo odiaba!

¿Por qué estas cosas no son más simples? Dicen que el amor es simple y que las personas lo complicamos y tal vez sea cierto pero no entiendo cómo.

De pronto escuche como alguien recorría el asiento que estaba delante del mío, pero no levante mi cabeza.

―¿Mal día? ―pregunto una voz femenina, levante mi cabeza lentamente y me encontré con... Marcie.

Ella se veía increíblemente bien con un simple jean y una camiseta, el resto de la gente del café la miraba fijamente pero a Marcie no pareció importarle.

―¿Marcie? ―pregunte no sonando segura, estaba segura que era ella pero ¿Qué hace ella aquí? ¿Acaso ella me conoce?

―Exacto ―respondió ella con una sonrisa ―¿Todo bien?

―Aja ―respondí sin ganas en el tono de mi voz. Marcie me miro con una ceja arqueada y luego llamo al camarero para pedir un café. Quería preguntarle cosas a Marcie pero ninguna palabra salía de mí, tenía un tremendo nudo en mi garganta.

―¿Qué paso? ―pregunto Marcie de repente, levante mi cabeza y la mire.

―¿Tu... tú me conoces? ―pregunte finalmente.

―Sí, Adam me hablo de ti ―respondió sin que aquello pareciera afectarle ―Y lo admito, me sentía celosa de ti, Adam hablaba muy bien de ti.

―¿Enserio?

―Dijo que eras divertida, un tanto torpe pero adorable. Y que te quería como a una hija, eso fue raro.

―Oh si... eso. ¿Y tú estás aquí, por qué?

Stupid Love LetterDonde viven las historias. Descúbrelo ahora