Marco Asensio

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Llevaba ya unas semanas en Nueva York, trabajando en la expansión de mi marca de ropa, un sueño hecho realidad. Todo parecía ir bien, o al menos eso era lo que pensaba. Estaba tan concentrada en mis proyectos, en las reuniones y en las colecciones que ni siquiera había hablado con Marco en los últimos días. No le di mucha importancia. Pensé que él estaba ocupado con su fútbol, y yo, con mis cosas. Así fue, hasta que la mañana que todo cambió.

Estaba en el estudio, revisando unos diseños nuevos cuando escuché el sonido de mi teléfono. Me acerqué y vi la noticia en la pantalla: "Marco Asensio anuncia su divorcio con su mujer, una ruptura inesperada para todos".

Me quedé congelada. ¿Divorcio? ¿Qué? No entendía nada. Parpadeé varias veces, pensando que tal vez era un error, o una broma de mal gusto. Pero no, el titular estaba claro, y los detalles eran aún peores. "A pesar de las especulaciones sobre su relación, Marco Asensio confirma que está tomando la decisión de separarse de su esposa _______".

¿Divorcio? ¿Cómo podía ser esto? No había tenido ni una conversación al respecto. No me había mencionado nada en las últimas semanas. De repente, el mundo entero sabía algo que yo ni siquiera sospechaba. Sentí como si me hubieran dado una bofetada.

Tomé el teléfono, decidida a llamarlo. No podía creer que algo tan importante me llegara de esa forma, por una noticia en la televisión. Pero al marcar el número, solo escuché su buzón de voz. Volví a intentarlo, y otra vez lo mismo. En ese momento, un torrente de emociones me invadió. Sentí una mezcla de ira, dolor y confusión.

No podía quedarme allí, sin más. No podía esperar a que me diera explicaciones. Sin pensarlo más, corrí a al aerpuerto  y tomé el primer vuelo de regreso a casa. El avión me pareció eterno. Pensaba en lo que había leído, en lo que no me había dicho, en lo que tal vez nunca me diría.

Finalmente, llegué a casa. Estaba agotada, tanto física como emocionalmente, pero lo único que quería era enfrentarlo. Marco estaba en la sala, mirando la televisión. Al verme entrar, se puso de pie, pero no dijo nada.

— ¿Qué coño te pasa en la cabeza Marco?— le pregunté, con la voz temblorosa, intentando mantener la compostura.

Se quedó allí, mirándome como si todo fuera normal. Como si no acabara de anunciar un divorcio en los medios de comunicación sin siquiera hablar conmigo.

— ______, no es lo tu piensas...— intentó decir.

— ¿No es lo que yo pienso? ¡¿De verdad?! ¡ Lo que pienso es que tú me has dejado en ridículo delante de todo el mundo?! ¿Es esa tu idea de ser hombre? ¡Eres un puto cobarde!—

Mi voz se alzó, y no pude evitar que las lágrimas empezaran a asomarse. Estaba furiosa, pero sobre todo, estaba devastada.

— ¿No me dices nada? ¿Nada? Me he tenido que entrar, como todo el mundo se enteró ,de que me vas a dejar, ¿y tú ni siquiera te dignas a llamarme antes? Marco, ¿qué clase de persona eres? — continué, mientras mi cuerpo temblaba de rabia y tristeza.

Él dio un paso hacia mí, como si quisiera explicarse, pero me eché atrás.

— No quiero tus explicaciones, no después de todo lo que has hecho. Estaba trabajando en Nueva York, haciendo todo por mi marca, por nosotros. Y esto es lo que me encuentro al regresar. Me has hecho sentir la mujer más inútil del mundo. No me has considerado ni un poco, Marco. Eres un desgraciado de mierda —

Las palabras salían de mi boca con fuerza, como si cada una de ellas fuera un golpe. Marco se quedó callado, mirando al suelo, y no pude evitar pensar que todo lo que había construido con él, todo lo que creí que teníamos, se había desvanecido en un instante.

One Shots de Futbolistas 0.2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora