Prólogo

294 31 19
                                    

"Faith"

En la base de la estatua que tengo delante de mí pone "Faith". La escultura de piedra se yergue en un pequeño claro, rodeada de flores y musgo. La estatua representa a una chica con un vestido largo, muy largo, y con un cabello igual de longevo que el vestido. En su mano derecha hay un arco, y en la izquierda hay una flecha rota. La chica, a pesar de eso, sonríe.

Mi hermana me enseñó este sitio hace tiempo, cuando yo sólo tenía once años. Era un viernes, primavera. Yo estaba en el porche de casa, jugando con una consola. Por aquel entonces, me gustaba un niño del colegio. Era un romance tonto porque ambos éramos pequeños. Pero yo le quería. Para acercarme a él, me interesé por los videojuegos. Así que me pasé todas las tardes jugando. Mis padres estaban preocupados porque no hacía los deberes, sólo jugaba a los videojuegos. Y mi hermana decidió intervenir. Planeó una escapada al bosque: me pidió que me pusiera un vestido blanco, me hizo una corona de flores y me llevó al bosque. Ella iba igual que yo. Era realmente bonito, era hermoso ir al bosque a hacer ese tipo de cosas. Mi hermana tenía dieciocho años y aún así hacía el esfuerzo y el imbécil para hacerme entrar en razón.

Me llevó al claro, donde está la estatua. Me dijo que se llamaba Faith y que era una chica a la que perseguían para matar. Cuando su capturador estaba en el blanco, su última flecha se rompió, pero la chica no perdió su fe y se las ingenió para conseguir escapar y vivir feliz, sin necesidad de matar a su perseguidor.

Se sentó con las piernas cruzadas entre las flores y me pidió que la imitase. Me estuvo explicando que nuestros padres estaban preocupados. Que no debía interesarme por los videojuegos por un chico, que si realmente aquel chico me quería, me querría de todas formas, fuese como fuese. Le hice jurar que repetiríamos aquéllo alguna que otra vez, el bosque era un lugar mágico para mí. Y con ella se tornaba el paraíso.

Mi hermana Megan murió hace cuatro años en un accidente de coche. Fue cuando yo tenía trece. Un conductor se estrelló contra un coche y provocó un accidente en cadena. Mi hermana Megan iba detrás del coche impactado, y del freno chocó contra el cristal. Cuando vimos el cuerpo, mis padres decidieron incinerarla. Pretendían dejar la urna en su habitación o en un lugar de la casa, pero yo les convencí para que esparcieran las cenizas por el claro, junto a la estatua de Faith.

Me costó convencerles, pues la estatua era para una futura casa que se iba a construir cerca pero que no se construyó, finalmente. Mis padres temían que alguien reclamara las tierras y que mi hermana estuviese allí dentro. Pero de momento nadie las ha reclamado.

Desde entonces, siempre que estoy triste voy allí y me siento acompañada por Megan. Riego las flores porque sé que en ellas permanece la esencia de Megan. Las cuido y las mimo como si fuesen ella y eso me ayuda a no derrumbarme.

Megan siempre me ha dado fuerzas, y por culpa de Diego, ahora necesito más fuerzas que nunca.

Pretty flexible boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora