Sobre la una del mediodía me dirijo a casa de Diego con una cesta llena de humeante comida japonesa que acabo de pedir. Pico a la puerta y espero un rato. Al ver que no hay nadie, doy media vuelta y camino hasta casa con la cabeza medio agachada.
-¡Hey, Alice!-me saluda Diego.
-Hey, Diego-le saludo, dándome la vuelta efusivamente.
-¿Cómo es que estás por aquí?
-Mis padres han ido a una convención y me han dejado sola...-me río un poco-. He pedido comida japonesa y he pensado en comer contigo... Si te parece bien. Es que Madison tenía una boda.
-Sí, la acabo de ver en la iglesia.
-¿Vas a misa?-le pregunto, medio riéndome.
-Sí, pero sólo a tocar el piano en el coro.
-Ah, vale-me río-. No te veo muy cristiano.
Diego se ríe y abre la puerta de su casa. Entramos al recibidor. Hoy me fijo más que ayer. La casa tiene una decoración sencilla: paredes blancas con zócalos marrones. Nada más entrar, unas escaleras que dan a la habitación de Diego. A mano izquierda hay un gran arco que da a una cocina de armarios blancos y encimeras de mármol. En medio hay una isla con un frutero de hierro que, curiosamente, sólo está lleno de pomelos. Diego deja una bolsa que llevaba en la mano y yo dejo la cesta con la comida japonesa.
-Erik, ya estamos aquí-grita Diego en voz alta.
-¡Vale!-le responde una voz ronca desde el salón.
Me quedo sorprendida durante un rato y Diego decide aclararme las dudas que se me pasan por la cabeza.
-Es mi hermano mayor. Mi tutor legal. Déjale, nunca abre la puerta porque es muy perezoso.
-¿Tu tutor legal?-pregunto, intrigada. ¿Acaso Diego no tiene padres?
-Sí, mi madre murió hace cuatro años. A mi padre ni le conocí.
-Vaya, lo siento, si te sirve de consuelo yo también perdí a una persona importante. Mi hermana también murió hace cuatro años.
-Bueno, ¿y qué has traído?-coge la cesta y la abre para ver qué hay dentro.
-¿Con quién hablas, Diego?-Erik, el hermano de Diego se pasea en calzoncillos por el pasillo con una lata de cerveza en mano, hasta llegar a la cocina. Cuando llega se da cuenta de que no está solo- Pero avísame de que hay visita-se ruboriza y sonríe un poco-. Hola, soy Erik, el hermano de Diego, encantado.
-Yo soy Alice, una amiga.
-¿"La Amiga"?
-¿Perdón?
-Erik-le habla Diego-, ¿por qué no vas a echarle comida a Max?-le señala con los ojos muy abiertos el pasillo.
Es curioso: el hermano de Diego no se parece a Diego, se parece a Tim. Tiene las mismas facciones oscuras y esveltas que Tim. Puede que si Diego es amigo de Tim es porque sean primos, de ahí que Erik tenga ese parecido con él.
-Ven, vamos a mi habitación-Diego coge la cesta-. Estaremos más tranquilos.
-Hoy comeremos como auténticos japoneses-comenta Diego, riéndose. Tiene razón: ha montado una mesa pequeña y ha puesto un par de cojines a los lados. Además, como a él también le gusta el rollo oriental ha encendido incienso y se ha puesto de rodillas para comer.
Ha cerrado la trampilla por la cual se accede a su habitación y me ha hecho sentir un poco rara. Por fin puedo asegurar que he estado a solas con Diego. Aunque, ¿a quién le querría yo explicar que he estado a solas con él?
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Pretty flexible boy
Ficção Adolescente[Pretty flexible boy] Alice es una chica de diecisiete que apenas ha tenido contacto con los chicos. Relacionarse con la gente siempre se le ha hecho difícil, más teniendo en cuenta los nervios que le causan algunas situaciones. Y cuando se enamora...