Capítulo V

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Diego y John se han ido a casa de John y, aunque me han invitado, he preferido ir a mi casa y ver qué me faltaba por hacer. 

Como no me faltaba nada por hacer, me he puesto a estirar. Siento que si me torno flexible como Diego, me podré acercar más a él, así que conseguir hacer el spagat es primordial. Total, tampoco tenía nada mejor que hacer, así que me he sentado en la alfombra de mi habitación, he puesto música de Black y he empezado a hacer estiramientos.

Como la flexibilidad requiere un poco de dolor y Diego me enseñó a distraerme mientras estiro, me pongo a pensar en todo lo que ha pasado hoy. ¿Quién era John? A ver, Diego me ha explicado esta mañana que era su entrenador, pero lo trataba con mucho cariño, como si fuesen algo más, como si ambos hubiesen compartido algo más que dolor de isquiotibiales. No creo que Diego sea gay o bisexual, pero creo que entre ellos hay algo más que amistad, tal vez fraternidad. Al fin y al cabo, Diego ha comentado que él siempre ha sido un hermano para él. Y la verdad es que se parece más a John que a Erik. 

De repente, me llega un mensaje al móvil de Madison. Simplemente pone "Puedes hablar?". Le respondo un "Sí" y me llama al móvil.

-Hola Alice, tengo un problemón-dice, demasiado tranquila.

-¿Qué ha pasado?-le pregunto, intrigada.

-El patito se ha quedado sin pilas, ¿tú tienes alguna del mando de la Wii?

-Pero serás bruta-me río-. Pues va a ser que mejor utilices los dedos, porque la Wii se la di a un primo mío el año pasado.

-Joder, eres tonta. Con la forma que tienen los mandos y tal y como vibran...

-Madison, ya. Que no tengo y punto.

-Vale, vale-me cuelga y se me esboza una leve sonrisa. Madison parece llegar con sus perversiones en los momentos adecuados. Al menos esto me ha hecho olvidar a Diego y a John.

Sigo estirando tranquilamente hasta que escucho el timbre. Salgo de mi habitación para bajar las escaleras y abrir, pero mi madre se adelanta y le abre la puerta a Madison. Empapada, entra en casa, se quita el chubasquero, se escurre el pelo en un parterre que hay en el porche y me mira.

-Holi-me dice, con cierta cara de montaña (cara de montaña es cara de sádica sonriente con toques de perversión, al menos para Madison y para mí). Bajo a recibirla y se me queda mirando, sonriente-. Me han chivado que el PE te ha dado plantón.

-¿Quién es el PE?-pregunta mi madre, desde la cocina.

-¡Nadie, mamá!-le grito- No me ha dado plantón, sólo es que tenía cosas que hacer... Con un tío-me sonrojo.

-Espera, ¡¿qué?! ¿El Pollotelástico es gay?

-¿Qué? ¡No! Creo, vamos. No lo parece. Por cierto, ¿tú cómo te enteras de todo esto?

-El Pollagranel, que tiene contactos.

-¿Pollaqué? ¿Quién es ése?

-Tim. Le llamamos así porque le pesa mucho el miembr...

-Ya, basta-le corto-. Pues sí, Diego se ha ido con otro tío. Pero no parecían novios. Parecían muy amigos, pero sólo eso-Pican al timbre y abro la puerta-. En cambio él si tenía pinta de gay, con las pestañas largas y el pelo así medio rizado-hago movimientos con las manos.

-Ya, ¿como el que tienes detrás de ti ahora mismo?

Me giro. Allí, en el porche, está John, el amigo de Diego. Va empapado y lleva mi cesta en la mano izquierda.

-Hola, Alice, ¿verdad?-me habla- Diego me ha dicho que te traiga esto, te lo has dejado en su casa y él no podía venir a traértelo. 

-Gracias John-me entrega el cesto y sale corriendo. Me quedo observando cómo su silueta se va alejando.

Pretty flexible boyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora