30.

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Capítulo 30

Me desperté de mala gana como era usual, me había quedado dormida enojada así que no era sorpresa seguir así. Odio pelearme con mi novio y con mi mejor amiga al mismo tiempo, no puedo conversar con ninguno de los dos y eso hace que no solo mi mal humor aumente, también mi aburrimiento. No tenía ganas de levantarme, quería dormir hasta que todos los problemas se acaben gracias a algún milagro, lo único que necesitaba era meterme en mi cama y estar acostada todo el día, pero no podía hacer eso.

Mi madre detesta cuando yo me quedo acostada todo el día y hoy justamente no tengo ninguna intención en discutir con ella, quiero evitar el contacto con todas las personas posibles y si es necesario estar con audífonos todo el día, lo iba a hacer. Luego de estirarme como un gato y de hacer mis necesidades, bajé las escaleras aún con mi pijama puesto, no tengo ganas de ponerme ropa decente. Me senté en el sofá y prendí la televisión, quizás estén dando algo interesante, aún que lo encuentro poco probable.

- Malditos canales que dan pura basura - Me quejé cambiando los canales.

- _____ - Escucho atrás mío y yo rodé los ojos.

- ¿Qué quieres? - Le pregunto cortante a Justin.

Genial, me quejo de que odio estar peleada con mi novio, pero sé que no voy a hacer nada para arreglarlo. Dios mío, debo ser menos orgullosa.

- Hablar - Me responde y yo solté una carcajada.

- ¿Hablar? - Me pongo de pie y lo enfrento. - Sinceramente no te quiero escuchar, ¿puedes entender eso? - Me acerco a él luciendo lo menos digna posible con mi estúpido pijama. - Me lastimaste, y mucho - Suspiré mientras me seguía acercando a él. - Y eso es muy difícil de perdonar - Susurré mirando sus ojos.

- ¿No me quieres escuchar? - Sus manos se posan en mi cintura y me apega a él, lo correcto sería alejarme, pero no quería, malditas debilidades. - Entonces puedo hacer esto - Une sus labios con los míos.

Me besa con tanta pasión, hace semanas que necesitaba volver a besar estos labios y a sentirlo tan cerca de mí. Simplemente me dejé llevar, dejé que nuestros labios se complementaran perfectamente, no quería que esto terminara nunca, sus besos son como una droga para mí y podría besarlo un millón de veces sin cansarme.

Espera...

¿Qué estoy haciendo? Se supone que estoy molesta con él, me lastimó.

- Para para - Me separé de el con la respiración acelerada.

- Yo te amo _____, siempre lo haré

- Justin, yo...

- No digas nada - Acaricia mi mejilla. - Te demostraré que aún te amo con todo mi corazón - Se acerca a besar mi mejilla y luego sale de la casa.

¿Y a dónde se fue?

Y ahí me quedé, parada en medio de la sala de estar con una cara de estúpida y una sonrisa de oreja a oreja. Ahora faltaba reconciliarme con Paula para que todo vuelva a la normalidad y pueda quedarme dormida sin estar enfadada. Salí de la casa y comencé a correr a donde vivía mi mejor amiga, iba a hablar con Paula e íbamos a aclarar las cosas. La gente me miraba extraño cuando pasaba junto a ellas y yo creo que se debe al hecho de que cuando corro no me veo particularmente bien.

Y también porque sigo en pijama quizás. Oh mierda.

Con un poco de vergüenza dejé de correr y me abracé a mí misma para tapar mi pijama lo más que se podía. Quedaba poco para llegar y yo estaba pensando que cosas le iba a decir para poder arreglar todo de una buena vez. Ya frente a su casa, estaba dispuesta a avanzar cuando la puerta se abre y de allí sale un rubio bastante conocido, me escondí a toda velocidad y me asomé un poco para saber que ocurría.

El intercambio que siempre soñé #1 [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora