La Chica Solitaria.

Capítulo 19: Pasados y Soldado.

Clara:

No sabía que decir me quedé frisada y si no me estuviera agarrando tal vez hubiera salido corriendo o me hubiera caído al piso, pero no voy a cometer el mismo error dos veces. Así que no sé como pero agarré las fuerzas suficientes para ponerme un poco de puntillas y besarle, ya lo he besado tanto hoy que a la verdad ya no resulta tan extraño y debería serlo porque no soy de esas que viven jalando al chico para besarlo, todo lo contrario me da vergüenza, con Ángel nunca lo hice y ahora que lo pienso la mayoría de veces que me he besado con Alex, quien toma la iniciativa soy yo.

Esta vez sí lo dejé reaccionar y que me siguiera el beso, fue mágico igual que la primera vez y como la vez que me dijo que yo le gustaba.

—¿Eso es un sí?— Preguntó con una enorme sonrisa.

—Por supuesto que sí Light— Le dije con la misma sonrisa.

—¿Light?— Preguntó extrañado.

—Yo soy la oscuridad y tú la luz— Le dije como si fuera obvio.

—Mm... Me gusta— Y después de eso me besó.

Después de un rato de estar hablando, decidí que era hora de ir al lugar donde me dirigía al principio.

—¿A dónde ibas?

—A tu casa.

—¿A mi casa?

—Sí, tu hermana me llamó diciendo que vaya a tú casa, está aburrida y no puede salir porque está castigada.

—Cierto...

—¿Tú a dónde ibas?— Le pregunté

—Solo salí a dar una vuelta, necesitaba caminar.

—Pues que bueno que saliste a caminar.— Le dije con una sonrisa y él se inclino un poco para besarme.

—Por cierto... ¿En qué pensabas que ibas tan distraída?

—En ti— Confesé, él me miró extrañado— En que no te quería ver, pero ahora me alegro de verte.

—Como son las cosas...— Dijo riéndose.

—Ehh... Alex...— Dije nerviosa.

—¿Qué pasa?

—Por el momento preferiría... que nadie en el colegio lo supiera.— Dije nerviosa.

—¿Hablas de...?

—Lo nuestro— Lo interrumpí, él me miró un poco desilusionado— Por favor, es que...no estoy lista para que todos lo sepan.

—Está bien— Dijo en un suspiro.

—Solo será un tiempo...— Le dije con la cabeza abajo.

—Está bien, no importa.— Pero sabía que para él sí importaba.

Ya estábamos en la puerta de su casa cuando lo paré de nuevo.

—¿Qué? ¿Tampoco quieres que mi familia lo sepa?— Dijo fastidiado.

—Tampoco te pongas así— Dije con mala cara— Solo tenía pensado algo.

—Perdón— Dijo tranquilo —Dime.

—Vamos a darle una sorpresa a tú hermana— Dije con una sonrisa.

—Créeme se va a sorprender.

—Lo sé, pero que se entere de una forma...diferente

—¿Cómo?— Dijo extrañado.

—Tú solo sígueme el juego.