Mi espada y la suya, chocando una contra la otra. Alain no me daba tiempo de respirar siquiera. Yo tampoco se lo iba a dar.
El cadáver del lobo estaba en el suelo, muy por detrás de nosotros. Los ojos de Alain brillaban, sus movimientos eran feroces pero sus ojos reflejaban una frialdad absoluta, contrastando mi mirada salvaje.
-¿Qué pasa hermano?- pregunto sin matiz alguno en su voz -¿Perdido en tus recuerdos?-
-Para nada, imaginando como te voy a cortar el cuello- respondí dando un tajada con mi arma, que él desvió con el katar, pate su pecho y me impulse hacía atrás antes de que su espada me cortara por el abdomen. Sin descansar, cargue en su contra.
-Te volviste todo un maestro del combate- respondió retrocediendo, defendiéndose contra el embiste de mi espada. Combinaba mis ataques con patadas para hacerle retroceder, sostenía mi arma con ambas manos, siempre de frente y sin bajar la guardia. Alain se defendía sin inmutarse, esperando un desliz, un ataque que tardara medio segundo más. Golpeé de lado y él se acercó, su mano izquierda acerco las tras dagas de su puño a mi cuello, me agache a tiempo pero no evite una patada en el rostro. Sin esperar, agite mi espada en diagonal cortando su pierna de forma superficial.
-Y tú, un asesino inigualable- respondí a su alago, con sangre escurriendo de la comisura de la boca. Alain aprovecho para mirar a su alrededor. Ni Yara, Edwin o Laila parecían estar cerca.
-Si no les conociera, diría que han huido- comento sereno
-Lástima que les conoces bien- dije yo limpiándome con el dorso de la mano
-No pierden la esperanza de ganar. No lo entienden, no pueden detener esto. Ya no.- comento
-Si mi memoria no me falla, ya hemos conseguido imposibles antes- respondí
-Es verdad- reconoció -Dejarlos escapar es un error- Y ya iba a lanzarse tras ellos, pero tuvo que levantar su espada para protegerse de la mía.
-Hermano, no me dejes solo. Hay monstruos aquí-
-Tú y yo por ejemplo- respondió sin humor. –Los seres más aterradores de este mundo-
-Vamos, eso no es verdad ¿nunca oíste hablar de Chucky?, ¿o de Eso? Seguro que conoces a...- no termine la frase, detuve su katar y lo patee antes de que usara su espada.
-Jamás entendí tu sentido del humor- dijo cargando en mi contra
-No lo entiendas, solo ríete. Es bueno, confía en mi- respondí parando su embiste y presionándolo en respuesta.
-Lo hice, realmente no fue buena idea- contesto cuando ataque su costado, giro hacia atrás en el aire y me dio una patada en la barbilla, para caer de pie como un gato. Apenas cayó tiro un tajo a mi cuello, lo esquive por poco girando hacia atrás y apoyándome en las manos girando para regresar a mi posición.
-Lo siento Isme, pero ya no puedo jugar más- Dijo justo antes de desaparecer en su propia sombra. Salte en el instante, con viento podía llegar a diez metros, lejos de que su sombra me alcanzara. Un rayo oscuro salió del suelo y se elevó hasta donde estaba, a tal velocidad que apenas y pude poner mi espada.
-Ahora puedes seguirme hermano- me halagó cuando su espada se encontró con la mía. Intento golpear con el katar pero este reboto en mi brazo izquierdo. Aproveche la apertura y lo envié al suelo de regreso golpeándolo en el rostro. Aterrizo con ligereza, pero el puñetazo le había hecho daño.
Caí impulsado por fuego, con mi espada de frente, lo que el esquivo sin esfuerzo, dejándome inclinado con la mitad de la hoja hundida en el suelo. Cuando me levante, la espada saló con facilidad.
-Voy a pedirlo una vez Alain, solo por cumplir mi promesa- dije con seriedad –Detén esto, detente-
-Y yo te lo ruego de nuevo Ismerai, hermano, únete a mí.-
-Esto que pretendes es una locura. Venga viejo, de los dos tú eras el hermano sensato- replique
-Y aun así, tú y tus locuras hicieron más que la prudencia- dijo tranquilo
-Esta no es la forma hermano- insistí
-Por favor Ismerai. No quiero oír eso de ti. Significaste la ruina de la Sede, destruiste nuestro hogar. Los ancianos cayeron por tu culpa- dijo con voz neutra
-Eso fue diferente...- grité – No había salida- agregué apretando la empuñadura con fuerza, hasta que los nudillos quedaron blancos
-Y tampoco hay salida ahora, solo que no lo vez- respondió
-Viejo, lo que paso con la Sede... esto no va a solucionarlo. Si quieres venganza, tómalo conmigo. Deja al mundo fuera-
-Esto no es por venganza. Hermano, yo no te odio por ello.- dijo con calma
-Te llamarón el asesino de luz y sombra, te queda el apodo.- dije concentre de que hablar no solucionaría nada
-Y a ti el azote de la Sede- me contestó con su gélida sonrisa
-Los destructores de espíritus- dije con la misma amargura
-Ellos decidieron inmolarse por lo que creían. Nos dejaron su legado, nosotros no somos responsables- dijo en su tono sereno, casi poético que tenía para hablar.
Levante la espada, el me imito.
-Por proteger la vida- dije lanzándome al ataque
-Para traer esperanza- dijo él haciendo lo mismo.
-Voy a derrotarte...- dijimos al unísono, y justo cuando nuestras espadas chocaron terminamos nuestro juramento -PARA SALVAR AL MUNDO-
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Guardián
FantasyIniciar las vacaciones de verano es uno de los momentos más esperados de cualquier chico. Pero despertarse en medio del infierno, sosteniendo una espada maldita, rodeado de criaturas que solo desean tu sangre... bien, eso puede arruinarte el día. Mi...