Salvador y asesino

16.8K 910 101
                                    

-¡MIGUEL!-

-Te dije que podría romperte los dientes- siseé

Tan solo me había separado de la fila y le había gritado algo a Ahkin. Sé que se levantó pero, por una vez, fui más rápido. Mi puño impacto directo en su mandíbula y, sin pedirlo siquiera, el viento hizo su trabajo; un vendaval salió como ráfaga justo en el impacto. Ahkin fue recibido por dos protectores Tierra. No puedo decir que no se sintió estupendo, pero la verdad es que ni siquiera lo disfrute. Mi expresión aún era muy débil, así que la muralla de viento apenas y se movió. Esto no era una película o un comic donde me enojaba y mágicamente crecía mi fuerza, nada que ver. Lo que si era cierto es que no me importo contenerme. La fuerza basto para que Ahkin empujara algunos centímetros a los protectores que lo recibieron. Casi hasta chocar con Alain.

-Miguel, ¿Qué demonios haces?- grito Yara

-¡Amor!- grito Laila.

-¡Laila, concéntrate!- ordeno Alain tranquilo, su alteración había hecho que nuestro huracán se tambaleara. -Todos centrados en sus tareas.- Sus ojos dorados parecían brillar, su rostro era sereno pero estaba pálido y gotas de sudor perlaban su frente.

-Dame una buena razón para no romperte también el cuello- amenacé

-Viejo, no tenemos tiempo para esto- razono Edwin interponiéndose. Y cuando Edwin es el que razona, algo debe estar jodidamente mal.

Ahkin se incorporó, más sorprendido que herido. Un fino hilo de sangre escurría por su boca, pero fuera de eso, no parecía haber sufrido mayor daño. Antes de avanzar, los protectores fuego y tierra lo detuvieron por orden de Yara.

-Arreglaremos esto después. No podemos siquiera llevar el cuerpo. ¡Avancen!- dijo ella firmemente.

-¡¿Cómo que avancen!?- No voy a salvar el trasero de este asesino…-

-No olvides que tú causaste esto Miguel- Me reclamo Laila con rencor. La ira murió en mi garganta. -Mira a la chica Miguel- Me gire a verla y desvié la mirada enseguida. No era solo la manera anormal en que su cabeza sobresalía de sus hombros gracias al rubito idiota, en el centro de su estómago estaba una garra larga y peluda, la habían cercenado desde el muñón.

-Mi hermana lo corto del lobo para salvarnos, recibió el impacto para protegernos.- dijo un protector Fuego con fiero orgullo y profunda tristeza. El chico que hablo fue el herido y estaba terminando de entablillar su mano a la daga que tenía.

-En mi prueba aprendí esto hermano, no existe manera de protegerlos a todos, es un hecho que debemos aceptar. La esperanza de tener, algún día, la fuerza de proteger a todos es un idealismo. Solo no dejaremos de intentarlo. Puedo ver su energía vital…-

-Ya cállate, no me sermonees. Ya vi morir a mucha gente, una más no hará el trauma más grande.- escupí las palabras como acido -Apresurémonos. No quiero cargar con más cadáveres. Como dijo Laila, ya tengo suficientes como para llenar un cementerio-

Y luego hice lo más inverosímil que puedan creer: le di la mano a Ahkin. -Mentiría si digo que lo lamento cerillo-

-Descuida, te matare luego- respondió -Ella no sufrió, a ti no te prometo lo mismo- No pude evitarlo, sonreímos de forma lúgubre- luego con un matiz un poco más sombrío aún añadio–Acostúmbrate, así es la guerra-

Me coloque en mi lugar y continué con mi trabajo. Ahkin sin embargo se tomó su tiempo, extrajo la garra de la chica, acomodo su cabeza y cerro sus ojos. -¡Avancen! No hay tiempo para una ceremonia. Pero esta chica vivió y murió protegiendo a los demás. Cuando nos convertimos en protectores es la muerte más gloriosa que podríamos esperar.-

GuardiánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora